Catamarca: Ordenación diaconal del seminarista Carlos Daniel Bazán

En el día de San Antonio de Padua y en el marco del Año Jubilar, el joven seminarista catamarqueño Carlos Daniel Bazán recibió el orden del diaconado en la catedral.

En el marco del mes del Sagrado Corazón de Jesús, el Año Jubilar y en el día en que la Iglesia celebra a San Antonio de Padua, la diócesis de Catamarca celebró la ordenación diaconal del seminarista Carlos Daniel Bazán. La Eucaristía fue presidida por el obispo, monseñor Luis Urbanc, en la catedral basílica y santuario de la Virgen del Valle.

Oriundo del barrio Virgen Niña de la capital, y perteneciente a la parroquia Sagrado Corazón de Jesús, Carlos fue acompañado por sus padres, hermanos, amigos, religiosas y numerosos fieles provenientes de distintas comunidades donde desarrolló su camino vocacional.

La misa fue concelebrada por un numeroso grupo de sacerdotes, quienes concluyeron ese día su semana de ejercicios espirituales. Entre ellos se encontraban el vicario general, presbítero Julio Murúa; los rectores de los santuarios catedral y de la Gruta, presbíteros Juan Ramón Cabrera y Santiago Granillo, respectivamente; el responsable de la Pastoral Vocacional, presbítero Diego Manzaraz, y sacerdotes visitantes de otras diócesis.

Alegría y esperanza para la Iglesia
En su homilía, monseñor Urbanc expresó su alegría por la ordenación: "Esta celebración, particularmente, a mí como obispo me llena de mucha alegría y esperanza. Pero también, por las circunstancias que vivimos, de una anhelante súplica a Dios".

Recordó que el diaconado encuentra sus raíces en el servicio, siguiendo el ejemplo de Jesús: "La primera característica de Jesús es el servicio: 'No he venido a ser servido, sino a servir y a dar mi vida en rescate de una multitud'. Esta cualidad debe ser inherente a la Iglesia".

Dirigiéndose a Carlos, lo exhortó a vivir su ministerio con entrega total y humildad: "Hoy decides, delante de toda la comunidad, no pertenecerte más a vos mismo, ni a Carlos ni a Mirta (sus padres), perteneces a todos". Agradeció especialmente a su familia por haber acompañado con generosidad este camino de entrega vocacional.

Monseñor Urbanc destacó las dimensiones fundamentales del diaconado: el servicio a los pobres, la administración de sacramentos como el Bautismo, la bendición de matrimonios, la asistencia a los enfermos y la centralidad de la Eucaristía y la Palabra en su vida. Le recordó que su ministerio deberá ser vivido "desde la diaconía", buscando siempre ser reflejo de Cristo servidor.

La celebración concluyó con un llamado a orar por más vocaciones sacerdotales y religiosas: "Pidamos a San Antonio de Padua, en su día, y a nuestra Madre del Valle, que intercedan por nuestra diócesis para que surjan muchas y santas vocaciones".+