Domingo 9 de marzo de 2025

San Justo: la comunidad diocesana rezó por la salud de Francisco

  • 8 de marzo, 2025
  • San Justo (Buenos Aires) (AICA)
Mons. Eduardo García aseguró que ese gesto, en respuesta a su pedido de orar por él, es una forma de "darle nuestro abrazo, para darle fuerzas en este momento de enfermedad, para acariciarlo".
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El obispo de San Justo, monseñor Eduardo García, presidió el jueves 6 de marzo una misa en la catedral local, en la que la comunidad diocesana rezó por la salud del Papa Francisco, internado en el hospital Gemelli de Roma desde el 14 de febrero pasado.

"'Recen por mí', es el pedido constante de Francisco durante estos años como pastor de la Iglesia universal. Después de cada encuentro, ya sea con multitudes o en ámbitos más íntimos, sus palabras de despedida siempre son las mismas: 'No te olvides de rezar por mí'. No es un mero formalismo piadoso", aseguró el prelado en la homilía. 

"Su pedido nace de la certeza de que la misión que Dios le ha confiado es más grande que sus propias fuerzas y que solo con su gracia es posible llevarla adelante", afirmó al respecto, y completó: "Francisco cree que, cuando dos o más se unen para rezar, Dios está presente en medio de ellos".

Tras destacar que "por eso hoy estamos acá", aclaró que "no es un acto protocolar ni formal".


"Gracias por estar; gracias, como se le dice a un amigo que viene a compartir la angustia de aquel que tiene un ser querido enfermo. Gracias por venir a rezar juntos", valoró.

"Este encuentro, el de la familia que Jesús reúne, pretende ser simplemente el gesto de cariño de los hijos que se unen para expresar su amor y agradecimiento a aquel que es nuestro Papa. La diferencia de un acento marca también un lugar para mover nuestro cariño: papá de la Iglesia, de la familia grande, llamado y elegido por Dios para mostrarnos y decirnos cuánto nos ama el Padre bueno del cielo", describió.

Monseñor García sostuvo también que "estamos acá para eso: para darle nuestro abrazo, para darle fuerzas a Francisco en este momento de enfermedad, para acariciarlo", y explicó: "Como no lo tenemos físicamente entre nosotros, para hacerlo como lo haríamos con alguien a quien amamos, lo hacemos desde la oración, que atraviesa fronteras, derriba muros y llega hasta donde nuestras manos no pueden tocar".

"La fe no es una cuestión de ideas, sino de cariño. La fe que no se expresa en gestos de ternura es solo un cúmulo de conceptos. Y queremos responderle a Francisco con lo que tanto nos ha dicho y sigue diciendo: solo hay una revolución posible y eficaz, una que sana y no deja heridos ni muertos: la revolución de la ternura", planteó.

"Francisco se ha puesto al hombro la vida de la Iglesia, con sus aciertos y sus mezquindades, sin esconderle el cuerpo a los 76 años. En lugar de esperar sentado a que Dios lo llame, corrió a su encuentro y nos mostró dónde está: en el pobre, en el marginado, en el que está solo y desamparado, en el excluido, en el inmigrante, en el descartado y en tantos otros invisibles para una sociedad que le escapa al dolor. Y la carga sin miedo y sin asco", diferenció.

Darle fuerzas y aire a Francisco
Monseñor García aseguró que la comunidad quiere "cargar y sostener" a Francisco en la cruz de la enfermedad. 

"Queremos cargar la cruz con él, la de una Iglesia pobre para los pobres, en salida, que busque la justicia sin atajos de conveniencia, que le ponga la cara a la corrupción y la misericordia al pecado, que muestre que Dios no es patrimonio de nadie, sino de todos, de todos, de todos los que lo necesitan", profundizó.

"Eso es lo que podemos regalarle. Esa es la caricia más grande, el regalo más importante, la fuerza y el aire que lo va a ayudar a seguir andando", añadió.


Ante el cuadro clínico de insuficiencia respiratoria y "falta de aire", como dicen los partes médicos, el obispo invitó a regalarle al pontífice "el aire nuevo para la Iglesia, que tantas veces languidece por insuficiencia respiratoria, por aires enrarecidos y llenos de bacterias".

"Una Iglesia con aire para los chicos que andan a la buena de nadie; aire de esperanza para los jóvenes sin rumbo y víctimas del narcotráfico; aire para una política sin rostro y que busca conveniencias y arreglos bajo cuerda; aire para tantas familias que necesitan ser abrazadas; aire que es "tierra, techo y trabajo sin vueltas, como expresión de una vida digna; aire para un mundo que necesita ser sanado", graficó.

"Este aire es el mejor remedio para Francisco y nuestro mejor abrazo", concluyó el diocesano.+