Francisco, a los voluntarios: 'Gracias por servir al prójimo sin servirse del prójimo'
- 9 de marzo, 2025
- Ciudad del Vaticano (AICA)
El Papa destacó que su entrega infunde esperanza en toda la sociedad. El cardenal Czerny presidió la misa por el Jubileo del Mundo del Voluntariado y leyó la homilía del pontífice para la ocasión.

El cardenal Michael Czerny, prefecto del Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral, fue el encargado de presidir la misa en la Plaza de San Pedro con motivo del Jubileo del Mundo del Voluntariado.
En la celebración eucarística del primer domingo de Cuaresma, el purpurado jesuita leyó la homilía que el Papa Francisco, hospitalizado en el hospital Gemelli, preparó para la ocasión.
Comentando el evangelio de las tentaciones de Jesús en Lucas propio de este domingo, el Papa destacó que "cuando Jesús entra en el desierto, en efecto, sucede un cambio decisivo: el lugar del silencio se convierte en ámbito de escucha. Una escucha que pone a prueba, porque se hace necesario elegir a quién prestar atención entre dos voces totalmente contrarias".
"Es que el camino de Jesús comienza con un acto de obediencia: es el Espíritu Santo, la misma fuerza de Dios, quien lo conduce a donde nada bueno crece de la tierra ni llueve del cielo. En el desierto, el hombre experimenta su propia indigencia material y espiritual, su necesidad de pan y de palabra", aseguró.
Jesús "durante cuarenta días fue tentado" por el diablo como las personas hoy, pero "el Hijo de Dios hecho hombre no se limita a darnos un modelo en el combate contra el mal; sino mucho más aún, nos da la fuerza para resistir a sus asaltos y perseverar en el camino".
Francisco señaló que "la tentación de Jesús al inicio es querida; el Señor va al desierto no por arrogancia, para demostrar lo fuerte que es, sino por su filial disponibilidad al Espíritu del Padre, a cuya guía se confía con prontitud".
"Nuestra tentación, en cambio, nos es impuesta; el mal precede nuestra libertad, la corrompe íntimamente como una sombra interior y una insidia constante", advirtió. "El Señor está con nosotros y nos cuida, sobre todo en el lugar de la prueba y del recelo, es decir, cuando se alza la voz del tentador, que es el padre de la mentira, corrompido y corruptor, porque conoce la palabra de Dios, pero no la entiende. Más aún, la distorsiona", sostuvo.
El Papa aseguró que es "El diablo quien separa, quien divide, mientras Jesús es el mediador que une a Dios y al hombre" y añadió: "En su perversión, el demonio quiere destruir este vínculo, haciendo de Jesús un privilegiado", pero Él "decide de qué modo ser hijo".
"En el Espíritu que lo guía, su decisión revela cómo quiere vivir su relación filial con el Padre" como "una relación que abarca a todos, sin excluir a nadie. La relación con el Padre es el don que Jesús comparte en el mundo para nuestra salvación, no un tesoro que guarda celosamente, del que presume para conseguir éxito y atraer seguidores", reiteró.
"El diablo, en efecto, susurra a nuestros oídos que Dios no es verdaderamente nuestro Padre, que en realidad nos ha abandonado", alertó y profundizó: "En todo caso, el mundo está en manos de poderes malignos, que aplastan a los pueblos con la altanería de sus cálculos y la violencia de la guerra".
Francisco puntualizó que "mientras el demonio quisiera hacernos creer que el Señor está lejos de nosotros, conduciéndonos a la desesperación, Dios se acerca aún más a nosotros, dando su vida para la redención del mundo".
Así, explicó, "en el desierto el tentador es derrotado, pero la victoria de Cristo aún no es definitiva; lo será en su Pascua de muerte y resurrección".
La misión del voluntariado
"Nosotros, frente a la tentación, algunas veces caemos; todos somos pecadores. Pero la derrota no es definitiva, porque Dios nos levanta de cada caída con su perdón, infinitamente grande en el amor. Nuestra prueba, por tanto, no termina con un fracaso, porque en Cristo somos redimidos del mal. Atravesando el desierto con Él, recorremos un camino donde no había trazado ninguno. Jesús mismo abre para nosotros esa nueva vía de liberación y de rescate. Siguiendo con fe al Señor, de vagabundos nos convertimos en peregrinos", destacó.
Ante esta Cuaresma, el Papa recordó "que el Espíritu Santo siempre sostiene" y agradeció a los voluntarios, "porque siguiendo el ejemplo de Jesús", ellos "sirven al prójimo sin servirse del prójimo".
"Por las calles y en las casas, junto a los enfermos, a los que sufren, a los presos, con los jóvenes y con los ancianos, su entrega infunde esperanza en toda la sociedad. En los desiertos de la pobreza y de la soledad, tantos pequeños gestos de servicio gratuito hacen germinar brotes de una nueva humanidad; ese jardín que Dios ha soñado y que sigue soñando para todos nosotros", concluyó.+