Una argentina, amiga del Papa, agradece al pontífice "sus bocanadas de oxígeno"
- 13 de marzo, 2021
- Roma (Italia) (AICA)
María Lía Zervino, presidenta de la Unión Mundial de Organizaciones Femeninas Católicas (UMOFC) escribe al Papa una carta abierta con motivo del octavo aniversario de su elección pontificia.
“¿Con qué nos va a sorprender hoy el Papa?”, se pregunta cada mañana María Lía Zervino, laica argentina, muy amiga del Papa y presidenta de la Unión Mundial de Organizaciones Femeninas Católicas (Umofc), según cuenta en la carta abierta dirigida al Santo Padre y difundida hoy con motivo del octavo aniversario de su elección al papado.
Zervino asegura: “Es usted quien, como Jesús, nos ‘primerea’ con sus hechos, su testimonio y sus enseñanzas. Y soy testigo de que estas “bocanadas de oxígeno” las disfrutan también los creyentes de otras religiones y los no creyentes que cada vez reciben con mayor regocijo sus orientaciones y desean ponerlas en práctica”.
Gracias por haberse entregado por entero en estos ocho años. Desde sus inicios, nos lanzó como desafío la conversión pastoral para toda la Iglesia y es usted el primero en bogar por concretarla. El Concilio Vaticano II marcó un hito en la vida de la Iglesia y en el intenso y largo proceso de aplicación del Concilio habrá un hito a partir de su pontificado.
“Para ello, escribe Zervino, como decimos los argentinos, usted ha puesto “toda la carne al asador”.
La presidenta de la Umofc agradece a Francisco sus encíclicas Evangelii gaudium, Amoris laetitia, Laudato si, Fratelli tutti, cada una “marcó una senda” y agradece además “por tratar de purificar y sanar las llagas abiertas de la Iglesia, las atrocidades de los abusos y de las esclavitudes modernas, las violaciones a la dignidad de la mujer y nuestra lejanía en vivir cotidianamente el Evangelio”.
“Gracias por avanzar más allá de las críticas y de los remolinos del diablo, guiando la barca de la humanidad en medio de la tormenta provocada por el coronavirus”, se lee en la carta y añade: “Gracias por mostrarnos que es fundamental emprender procesos para lograr cambios y que cada cambio necesita un proceso educativo que involucre a todos.
Además “gracias por enseñarnos diariamente a ocuparnos de las personas, empezando por las descartadas, migrantes y pobres, niños y ancianos”, esto –claro está– “sin descuidar las grandes metas como la de encontrar alternativas al modelo económico que nos enferma”.
Mujeres idóneas al servicio de la Iglesia
No obstante, con el cariño y respeto que merece el sumo pontífice, María Lía expresa sincera: “Querido papa Francisco, permítame decirle que tiene aún una deuda con las mujeres. Es usted un luchador contra el machismo y el clericalismo, pero no se ha avanzado suficientemente en aprovechar la riqueza de las mujeres que componen gran parte del Pueblo de Dios”.
“No necesitamos seguir esperando que se elabore una teología de la mujer porque ya la hay”, por tanto “no se trata de ocupar cargos para quedar “como floreros”, de adorno, porque está de moda nombrar mujeres ni tampoco se trata de caer en el alcanzar puestos para “trepar” a posiciones de poder. No. Se trata de servir a la Iglesia con los dones que el Padre Creador nos ha dado: una peculiar inteligencia y sensibilidad, una afectividad y particular capacidad para la gestación y formación de personas y una especial aptitud para la generación de bienes relacionales”.
María Lía expresa al Santo Padre su sueño: “Sueño con una Iglesia que tenga mujeres idóneas como jueces en todos los tribunales en que se tramitan causas matrimoniales, en los equipos de formación de cada seminario y que ejerzan ministerios tales como el de la escucha, de la dirección espiritual, de la pastoral de la salud, del cuidado del planeta, de la defensa de los derechos humanos, etc., para los que, por nuestra naturaleza, las mujeres estamos igual o a veces mejor dotadas que los hombres. No sólo consagradas sino ¡cuántas laicas en todas las regiones del globo están ya listas para servir!”
Zervino sueña con que el pontífice “inaugure junto a los sínodos de obispos, un sínodo distinto: el sínodo del Pueblo de Dios, con proporcional representación del clero, de los consagrados y las consagradas y de los laicos hombres y las laicas mujeres”.
La presidenta de Umofc -y miembro de la Asociación de Vírgenes Consagradas Servidoras, fundada en Buenos Aires por el siervo de Dios Padre Luis María Etcheverry Boneo-, concluye su carta comprometiéndose “unida a millones de mujeres católicas, a reflexionar más profundamente sus enseñanzas para ponerlas en práctica” y agradeciendo “a la divina Providencia todo lo recibido a través suyo durante estos primeros ocho años de pontificado”.+