Jueves 25 de abril de 2024

Un pedido y un deseo de monseñor Malfa a un nuevo sacerdote diocesano

  • 2 de julio, 2013
  • Chascomús (Buenos Aires)
El obispo de Chascomús, monseñor Carlos Malfa, presidió el pasado sábado 29 de junio, solemnidad de San Pedro y San Pablo, la celebración eucarística de ordenación sacerdotal de Lisandro I. Rodríguez. En su homilía, el prelado dijo que "vivimos con alegría y gratitud la ordenación de Lisandro y seguimos orando para que las llamadas de Dios no queden sin respuesta entre nosotros". Finalmente, monseñor Malfa hizo al nuevo sacerdote un pedido y le expresó un deseo: "el pedido es que creas siempre en la gracia que recibes, fuente inagotable capaz de realizar nuevas maravillas, creer en la gracia es vivir en la confianza en la fidelidad de Dios; y el deseo es que seas feliz y así seas bueno con todos".
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El obispo de Chascomús, monseñor Carlos Malfa, presidió el pasado sábado 29 de junio, solemnidad de San Pedro y San Pablo, la celebración eucarística de ordenación sacerdotal de Lisandro I. Rodríguez.

"Para vivir la comunión y transmitir la fe, Dios sigue enviando pastores a su pueblo, vivimos con alegría y gratitud la ordenación de Lisandro y seguimos orando para que las llamadas de Dios no queden sin respuesta entre nosotros", subrayó.

Tras asegurar que el sacerdocio es "un don precioso", recordó lo que el Cura Brochero sobre su ordenación: "Sentí mucho miedo. Apenas soy un pobre pecador, tan lleno de límites y miserias. Y me preguntaba: ¿podré ser fiel a la vocación? ¿en qué enredo me metí? Pero en seguida una sensación inmensa de paz invadió todo mi ser. Porque si el Señor me había llamado, El sería fiel y sostendría mi fidelidad, además, Jesús, el Buen Pastor, jamás niega sus dones a quienes lo siguen y son "otros Jesús" como su Hijo muy amado".

Dirigiéndose al neopresbítero, monseñor Malfa señaló que "Cristo te invita a abandonarte a El sin reservas: el amor al Señor Jesús es el alma y la razón del ministerio sacerdotal, como fue la condición para confiar a Pedro la misión de apacentar su rebaño".

El obispo insistió en destacar la importancia del gesto central del rito de la ordenación y le pidió al seminarista que "siempre vuelva sobre este gesto lleno de misterio en el que se halla el origen de tu nueva misión", porque "en esta oración silenciosa tiene lugar el encuentro entre dos libertades: la libertad de Dios que obra por el Espíritu Santo y la libertad del hombre, tu propia libertad".

Finalmente, monseñor Malfa hizo al nuevo sacerdote un pedido y le expresó un deseo: "el pedido es que creas siempre en la gracia que recibes, fuente inagotable capaz de realizar nuevas maravillas, creer en la gracia es vivir en la confianza en la fidelidad de Dios; y el deseo es que seas feliz y así seas bueno con todos".+

Texto completo de la homilía