Jueves 25 de abril de 2024

Tedeums del 9 de Julio: Un llamado a la unidad y a construir un país más inclusivo

  • 9 de julio, 2016
  • Buenos Aires (AICA)
Los obispos argentinos presidieron, el 9 julio, tedeums por los 200 años de la Declaración de la Independencia Nacional en catedrales o templos significativos de cada diócesis, donde delante de autoridades provinciales destacaron las raíces católicas de la patria; exhortaron al diálogo, a la reconciliación y la cultura del encuentro, y llamaron a construir un país más inclusivo, que respete la vida en toda su extensión, fomente la educación y el trabajo digno para todos los argentinos.
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Los obispos argentinos presidieron el 9 de julio, tedeums por los 200 años de la Declaración de la Independencia Nacional en catedrales o templos significativos de cada diócesis, donde delante de autoridades provinciales destacaron las raíces católicas de la patria; exhortaron al diálogo, a la reconciliación y la cultura del encuentro, y llamaron a construir un país más inclusivo, que respete la vida en toda su extensión, fomente la educación y el trabajo digno para todos los argentinos.

Mons. Carlos Ñáñez (Córdoba): "El apóstol San Pablo invita al perdón mutuo, cuyo fruto es la reconciliación. ¡Cuánto necesitamos de esa actitud en nuestra Patria! La celebración del bicentenario de la Independencia puede ser una oportunidad propicia para abrir nuestro corazón a ella y para ejercitarnos en la práctica de un amor verdaderamente ?perdonador?, que nos permita hacer la experiencia de un auténtico reencuentro y gozar de esa manera de una paz profunda" (Texto completo de la homilía).

Mons. Andrés Stanovnik (Corrientes): "Para vivir dignamente en esta casa de familia, que es nuestra patria, debemos cuidarla entre todos de algunos males que la amenazan. En el documento de la CEA por el bicentenario señalamos el principal de nuestros males: el desencuentro que no nos deja reconocernos como hermanos. Ese desconocimiento corre el riesgo de convertirse en desprecio del otro, a lo que sigue la corrupción generalizada, la plaga del narcotráfico y el descuido de la casa común. El desprecio del otro, consecuencia del desencuentro, es causado y corre el riesgo de ir en aumento, por una creciente clausura del hombre a la trascendencia. La verdadera libertad, que crea las condiciones del encuentro entre las personas, conlleva necesariamente la apertura a Dios, como Aquel con quien es posible establecer un verdadero vínculo personal, amoroso y libre, que es la base para iluminar y dar sentido a la vida del hombre, de la familia y de los pueblos" (Texto completo de la homilía).

Mons. Héctor Aguer (La Plata): "Con el bicentenario puede arrancar un nuevo ciclo; poseemos valores culturales eximios y hay mucha más gente honrada que vivillos, aprovechados y mafiosos. ¿Por qué han de prevalecer siempre éstos? ¿Por qué han de repetirse los engaños electorales que mancillan la república? Las iniquidades que se van develando precisamente en estos días de nuestro bisecular aniversario tienen que desengañar a muchos y activar los resortes de la decencia y del reclamo de una población sufrida a la que una justicia distraída no ha servido como era su deber" (Texto completo de la homlía).

Mons. Juan Alberto Puiggari (Paraná): "Quiero pedirle a Dios, nuestro Señor, que conceda a todos sus dirigentes, un estilo de liderazgo centrado en el servicio al prójimo y al bien común; que siempre priorice a la persona humana, que ha recibido de Dios mismo una incomparable e inalienable dignidad. Que nos ayude a recuperar el respeto por la vida en todas sus formas, la vida de cada persona en todas sus etapas, desde la concepción hasta la muerte natural. Especialmente pienso hoy en la vida de los excluidos e indefensos, de los que más sufren en este momento. También en la vida de las familias, lugar afectivo en el que se generan los valores comunitarios más sólidos y se aprende a amar y a ser amado. Es la mejor escuela de virtudes cívicas" (Texto completo de la homilia).

Mons. Alfonso Delgado (San Juan de Cuyo): "Si con el compromiso y con el ejemplo nos empeñamos en trabajar por ponerlos en obra, muchos argentinos se entusiasmarán en sumarse, especialmente los jóvenes. Esto es el significado de ?Ponerse la Patria al hombro?, como le gustaba decir al entonces cardenal Bergoglio. Pidamos a Dios el entusiasmo de trabajar juntos, de aprender a escucharnos, de acrecentar y, especialmente de tantos que por distintos motivos hoy sufren. Y que no dejemos de rezar y trabajar por la solidez y fortaleza de esta casa que es nuestra Patria argentina" (Texto completo de la homilía).

Mons. Rubén Frassia (Avellaneda-Lanús): "Para continuar la gesta de la Independencia debemos revalorizar la cultura del trabajo, posibilitar un real acceso a la salud y una esmerada tarea de educación. La educación y la formación son necesarias para proyectar un promisorio futuro. Hay males. Estos deben ser reconocidos. Hay a veces desencuentro entre los argentinos. Es necesario fortalecer el diálogo, el respeto, la escucha y la consideración del otro. Aprender a tratarse como hermanos, aún cuando ocasionalmente se pueda ser adversario en las ideas, pero nunca enemigo. El mal se supera a fuerza del bien" (Texto completo de la homilía).

Mons. Luis Collazuol (Concordia): "¡Cuánto debemos recoger hoy de la sabiduría popular! ¡Cómo nos debilitamos cuando la abandonamos! Pero pedimos también la Sabiduría divina como guía en nuestro camino de Nación. La lectura bíblica del libro de los Proverbios que hemos proclamado nos presenta poéticamente a la Sabiduría personificada, como la primera creatura de Dios, y hablándonos para que nos hagamos partícipes de la Sabiduría divina. Ella sale a los cruces de los caminos para anunciar su mensaje, llama a la prudencia y a la sensatez, se presenta unida a la sagacidad y a la reflexión, prefiere la verdad, propone la justicia en medio de las sendas de la equidad, como valores más altos que el oro y la plata. Detesta la soberbia, el orgullo, la mala conducta y la boca perversa, invita a los soberanos a gobernar y decretar justicia guiados por ella".(Texto completo de la homilía).

Mons. Santiago Olivera (Cruz del Eje): "Estamos llamado a trabajar en por una Argentina que nos incluya a todos sabiéndonos frágiles, débiles, necesitados de perdón, pero también con reconocimiento de los errores para no cometerlos y mirar el futuro con esperanza y entusiasmo. Quiera Dios que este 9 de julio nos encuentre a los argentinos sintiéndonos partes de una misma patria, de un mismo suelo un mismo ideal común, de horizontes que compartimos, más allá de pensamientos o ideas o criterios que tengamos para construir los años que vienen. Que este grito de libertad, este trabajo de nuestros hermanos que lograron la Independencia, nos ayude y estimule para lograr seguir viviendo la Independencia en la cultura del encuentro de la cual nadie queda afuera".



Mons. Gustavo Zurbriggen (Deán Funes): "Quizás hoy, providencialmente, Jesús nos ha dado la clave de superación del más grande de los males que es la división, que es la falta de amor por el otro, por el que piensa distinto, por el que no es de nuestro círculo más íntimo. Aprendamos de Jesús. El nos convoca a una vida compartida, a un compromiso por el bien de todos. La casa de nuestra patria la construimos entre todos por medio del diálogo activo, que busca consensos y propicia la amistad social hacia una cultura del encuentro (Texto completo de la homilía).

Mons. Jorge Lugones SJ (Lomas de Zamora): "No podemos olvidar que hemos recibido la patria como don, pero tenemos que ocuparnos de la Nación como tarea. Conformamos una sola nación con nuestro vasto territorio en diversidad regional. Necesitamos un sano y real federalismo. La Argentina del Bicentenario pide una mirada que alcance a las distintas realidades que la habitan y componen. El bien común de la patria amada, de todos y cada uno de los argentinos, nos exige conocer las necesidades concretas y postergadas de las distintas regiones de nuestro país (Texto completo de la homilía).

Mons. Antonio Marino (Mar del Plata): Los cristianos adherimos a la celebración de este bicentenario con plena conciencia y motivación cordial. Confortados por el ejemplo fundacional e iluminados por el Evangelio, miramos el futuro con esperanza. Lo mismo que aquella Asamblea de Tucumán se dejó inspirar por los ideales del Evangelio, también hoy queremos abrirnos al futuro para tender siempre a "una Argentina fraterna y solidaria, pacificada y reconciliada, condiciones capaces de crear una Nación para todos. Llevamos muchos años de crispación y desencuentros, de resentimientos y agresiones, y las heridas de un pasado reciente se mantienen abiertas. Ni la soberbia ni la venganza pueden ser el camino. Debemos convencernos de que la Nación es nuestra familia y nuestra casa" (Texto completo de la homilía).

Mons. Ariel Torrado Mosconi (Nueve de Julio): "Somos una nación joven y la esperanza es la virtud propia de los jóvenes. Ella es la que nos alienta y motiva para reemprender una y otra vez la marcha, nos estimula e impulsa a los mejores esfuerzos por rehacernos y avanzar, nos hace visible y cercana la grandeza y altura de la meta hacia la que caminamos. Sin la esperanza fácilmente bajamos los brazos, ella es como el "oxígeno espiritual" que airea todos los ámbitos de un pueblo y lo mantiene vivo y en camino. Por eso hoy queremos volver a gritar con esperanza: ¡libertad! Queremos y podemos ser una nación libre: libre de la pobreza y la violencia, libre del narcotráfico y las drogas, libre de la corrupción y la impunidad, libre de la indiferencia y la "cultura del descarte", libre de ancianos olvidados y de jóvenes sin sueños" (Texto completo de la homilía).

Mons. Juan Rubén Martínez (Posadas): "Necesitamos tener un corazón magnanime. Necesitamos en nuestra Patria que podamos tener grandeza. Donde el bien común este por encima de nuestros intereses. Construir la patria con más trabajo, pensando en los jóvenes, ya que somos una provincia con muchos jóvenes, tenemos muchos jóvenes. Ver a estos jóvenes, no como un problema, pero si como un desafío. Esto nos permitirá crecer, y ojala ellos estén especialmente en nuestros horizontes y para que tengan la riqueza de la independencia. Por último tener un corazón humilde que busque construir una patria inclusiva para todos. Rezar por la independencia, para que sea verdadera, real y concreta".

Mons. Carlos José Tissera (Quilmes): "Hoy, los argentinos de esta generación del Bicentenario, al abrir las célebres páginas de nuestros orígenes como Nación, descubrimos que fueron escritas con los más nobles y generosos sentimientos: en las palabras y gestos de grandeza de los congresales hallamos un acervo moral que nos contagia un renovado entusiasmo para activar todos los recursos del estado de derecho y sus poderes constitucionales (ejecutivo, legislativo y judicial), los que mancomunados nos permitan imaginar un futuro libre e independiente de cualquier esclavitud, para ofrecer a las generaciones jóvenes que nos sucederán el mismo legado que hemos recibido" (Texto completo de la homilía).

Mons. Luis Alberto Fernández (Rafaela): "Siendo conscientes que no hay otro camino para salir adelante, que es el del esfuerzo silencioso, pero constante y firme, con proyectos claros y previsibles, que exigen continuidad y compromiso, abiertos al pensamiento distinto, con alegría y ternura, con pasión por la verdad y tirando todos para el mismo lado, unidos y reconciliados entre todos los argentinos. Bicentenario: tiempo de reflexión de proyectos, afrontando los desafíos presentes con aquél espíritu y entrega de los Congresales de Tucumán, gestando hoy nuevos estilos de liderazgo, centrados siempre, en el bien común y el servicio al prójimo" (Texto completo de la homilía).

Mons. Miguel Ángel D?Annibale (Río Gallegos): "Estas reflexiones en base a la construcción sobre arena o sobre roca, son fruto de una fe que no puede relegarse a la intimidad o al interior de los templos porque Jesús Vivo nos convoca a una vida compartida, a un compromiso por el bien de todos, a un sentido comunitario y social, como ciudadanos de la única casa que es nuestra Patria. Esta casa común la construimos entre todos por medio del diálogo activo, que busque consensos y por medio de una justicia distributiva que propicie la paz social hacia una cultura del encuentro. De ese modo la independencia que hace 200 años comenzó, continuará creciendo hoy y mañana entre nosotros" (Texto completo de la homilía).

Mons. Sergio Buenanueva (San Francisco): "Soñemos para ellos una libertad tan llena de salud como la de Cristo y la de nuestros mejores hombres y mujeres: joven, vigorosa, pujante, abierta al futuro, escrupulosamente respetuosa de la dignidad de cada ser humano, especialmente si es menos favorecido, o mira la vida con mirada distinta de la mía. Pero también, una libertad generosa, capaz del heroísmo más grande: el de empeñar definitivamente la propia existencia en un proyecto de vida que busque siempre el bien mayor para todos. Una libertad que, en sus expresiones más logradas, se hace servicio y compromiso con la vida más frágil, débil o amenazada" (Texto completo de la homilía).

Mons. Daniel Martínez Perea (San Luis): "Celebramos este Te Deum solemne en la Iglesia Matriz invocando: Jesucristo, Señor de la historia, te necesitamos, y en ese espíritu estamos reunidos. Jesucristo llevó a los apóstoles a la montaña, desde donde se ve la totalidad, desde donde se ve con sabiduría. Que Jesucristo nos de la sabiduría y la paz, para que construyamos la Argentina en concordia entre los diferentes pensamientos. Cada uno de ustedes tiene esa misión desde su tarea".

Mons. Eduardo María Taussig (San Rafael): "En el crucifijo, aun el hombre agnóstico o ateo, pero de recta conciencia y de buena voluntad, puede entrever el misterio de un hombre libre, que, siguiendo los dictámenes de la auténtica libertad de conciencia y de la verdadera libertad religiosa, fue capaz de desafiar a las autoridades religiosas y políticas de su época y de dar la vida pidiendo el perdón "por aquellos que no saben lo que hacen", como instrumento de paz y de genuina reconciliación de todos los hombres entre sí, con el Creador y con la misma naturaleza".(Texto completo de la homilía - Formato PDF)

Mons. Rodolfo Uriona (Villa de la Concepción del Río Cuarto): "Ahora nos toca a nosotros, los que vivimos en este siglo XXI, asumir el compromiso como ciudadanos de seguir forjando esta noble Nación? De manera particular en estos tiempos experimentamos algunos desafíos que nos interpelan profundamente. Percibimos con claridad que ?el principal de nuestros males es el desencuentro que no nos deja reconocernos como hermanos. También experimentamos dolorosamente una corrupción generalizada, la plaga del narcotráfico y el descuido del medio ambiente?. Si queremos construir esta casa común, tenemos que compartir las alegrías y tristezas, esperanzas y angustias de nuestros hermanos, trabajando y luchando denodadamente contra todo lo que afecta a los valores sociales y a la vida íntegra de cada argentino" (Texto completo de la homilía).+