Domingo 28 de abril de 2024

Francisco recordó a Pío VII, 'un pastor valiente y defensor de la Iglesia'

  • 13 de octubre, 2023
  • Ciudad del Vaticano (AICA)
En un mensaje al obispo de Cesena-Sarsina, Douglas Regattieri, Francisco trazó un retrato del Papa Pio VII, en el bicentenario de su muerte.
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El Papa Pío VII está innegablemente asociado para el gran público con las vicisitudes nacidas de la Revolución Francesa y su cara a cara con el emperador francés, Napoleón I. Pero Barnaba Chiaramonti, llamado a la Sede de Pedro en 1800 para suceder a Pío VI, que había tenido que afrontar las convulsiones sociales y políticas de la Revolución, no debe reducirse a este período de la historia. Fue también un pastor que “se distinguió por su carisma y su bondad de alma”, destaca el Papa Francisco en una carta firmada el 21 de septiembre y difundida hoy, dirigida a monseñor Douglas Regattieri, obispo de Cesena-Sarsina, en Italia, diócesis en la que este hijo de familia noble La familia nació en 1742.

Benedictino de formación, hombre de gran cultura, sus cualidades humanas e intelectuales le permitieron hacerse notar y ser ordenado obispo a la edad de 40 años y ocupar la cabecera de la diócesis de Tívoli y luego de Imola. Durante estos años, “no dudó, ante todo, en dedicarse al cuidado del pueblo, comprometiéndose con devoción a aliviar los numerosos sufrimientos de quienes se encontraban afligidos por condiciones precarias”, escribe Francisco.

Pío VII, “un hombre de inteligencia clarividente” a los ojos del actual obispo de Roma, fue una “personalidad de profunda fe, gentileza, humanidad y misericordia que se distinguió por su competencia y prudencia frente a quienes obstaculizaban la Libertas Eccelsiae. De ahí sentimientos de “gratitud y admiración” por parte de Francisco “por la herencia espiritual que dejó y la franqueza evangélica con la que soportó las difíciles pruebas durante sus veintitrés años de pontificado”.

Exilio en Savona y Fontainebleau
“A pesar de los tumultos políticos y sociales que marcaron ese siglo, acogió, abandonándose con total confianza a la voluntad de Dios, la humillación del exilio con ejemplar docilidad, ofreciéndolo todo al Señor por el bien de la Iglesia”, continúa el Papa. Pío VII fue encarcelado en 1809 por orden de Napoleón I y retenido en Savona hasta 1812, antes de ser trasladado al castillo de Fontainebleau, donde permaneció hasta enero de 1814, fecha de su liberación.

En estas circunstancias, Pío VII reveló tener “una gran sabiduría con la que supo convertirse en 'embajador de la paz' ante quienes ejercían el poder”, señaló Francisco. "Hizo todo lo posible para no fracasar en su misión de 'guardián y guía del rebaño' y, a pesar de las restricciones que le imponían, continuó sin temor alguno anunciando la fuerza consoladora del Evangelio de Cristo".

Al saludar a los fieles de la diócesis natal de Pío VII, el Papa Francisco los invitó a “dar a conocer adecuadamente su vida y su labor pastoral para despertar la misma pasión al servicio del prójimo y de la sociedad y señalar la paz como camino de esperanza, de diálogo respetuoso y de reconciliación cristiana”.+