"Seamos instrumentos de unidad, en medio de tantas grietas y divisiones", pidió Mons. Torrado Mosconi

En una misa con motivo de la fiesta patronal de Nuestra Señora de Luján, el obispo de Nueve de Julio, monseñor Ariel Torrado Mosconi, rogó a la Virgen "que interceda para que podamos construir una patria de hermanos", y exhortó a convertirse en instrumentos que promueven la unidad.

Con motivo de la solemnidad de Nuestra Señora de Luján, el obispo de Nueve de Julio, monseñor Ariel Torrado Mosconi, presidió una celebración eucarística en una capilla de la ciudad de Nueve de Julio, que lleva el nombre de la patrona de la Argentina

En la homilía, monseñor Torrado Mosconi exhortó a los fieles a ser instrumentos y a servir de puentes de unidad entre los argentinos. "Todos somos hijos de Dios. Y si somos hijos, debemos reconocernos entre nosotros como hermanos. Y hoy, hace falta trabajar mucho para alcanzar la unidad entre todos los argentinos", aseveró.

El prelado recordó a los presentes que durante la Pascua los había impulsado a convertirse en "instrumentos de unidad, en medio de tantas divisiones y grietas", e insistió en su petición para que los fieles soliciten a la Virgen de Luján, patrona de la Argentina, "que interceda para que juntos podamos construir una patria de hermanos".

El obispo también propuso rogar para que nuestra Madre "nos ayude a renovar la esperanza y a no caer en la tentación del pesimismo, en la oscuridad del desaliento, ni en la amargura de la desesperación". "Debemos presentar a nuestros chicos y jóvenes la confianza de que un mundo mejor es posible, que podemos construir una patria con posibilidades de crecer a través del estudio y del trabajo. Debemos procurar que a nuestros jóvenes no les roben la esperanza con la seducción de las adicciones al alcohol y las drogas", expresó.

Monseñor Torrado Mosconi insistió en que los cristianos deben convertirse en instrumentos que promueven la unidad. "Que los enemigos vuelvan a la amistad, los adversarios se den la mano y los pueblos busquen la unión", pidió y oró "para que las luchas se apacigüen y crezca el deseo de la paz, que el perdón venza al odio y la indulgencia a la venganza".

"Lo que viene de Dios tiene siempre como fruto la unidad. Lo que viene del mal nos lleva a las discordias, al deseo de venganza ilimitada, al odio y a ahondar las grietas que nos separan. Por eso celebrar hoy a la Virgen como madre de todos los argentinos nos debe llevar a profundizar en la conciencia de ser familia, de que somos hijos de Dios y, por ende, hermanos entre nosotros", aseguró.

Finalmente, concluyó: "Esta conciencia nos debe llevar a superar todos los obstáculos en el camino de la concordia para que la Iglesia resplandezca como signo de unidad e instrumento de paz".

La Eucaristía, que fue precedida por una procesión por las calles del barrio, fue concelebrada por el párroco de la catedral de Nueve de Julio, presbítero Guillermo Gómez, y la participación del diácono Ariel Palanga. +