Santa Sede: el control de la natalidad no es la clave para el desarrollo sostenible
- 2 de mayo, 2024
- Nueva York (Naciones Unidas) (AICA)
Mientras la ONU celebra este año el 30º aniversario de la Conferencia de El Cairo, el representante del Vaticano reiteró que las políticas de control de la natalidad no ayudan a erradicar la pobreza.
El observador permanente de la Santa Sede ante la Organización de las Naciones Unidas (ONU), monseñor Caccia, cuestionó el énfasis actual que las agencias de la ONU dan a las políticas de control de la natalidad, incluido el aborto, como un medio para frenar la pobreza y promover el desarrollo.
El representante de la Santa Sede expuso su observación en el marco del acto celebrado en la sede de las Naciones Unidas con motivo del trigésimo aniversario de la Conferencia Internacional sobre Población y Desarrollo (CIPD) celebrada en El Cairo, Egipto, que transformó el enfoque global de las cuestiones de población y desarrollo, y definió una agenda audaz para el desarrollo sostenible.
El Programa de Acción de El Cairo
La conferencia se celebró en la capital egipcia del 5 al 13 de septiembre de 1994, reunió a unos 20.000 delegados y tuvo como resultado la adopción de un Programa de Acción (PoA) histórico, que afirmó que el desarrollo sostenible inclusivo no es posible sin priorizar los derechos humanos y abordar desigualdades, así como las necesidades, de mujeres y hombres individuales.
Sus ambiciosos objetivos incluían la erradicación de la pobreza extrema y el hambre, el logro de la educación primaria universal, la promoción de la igualdad de género y el empoderamiento de las mujeres, la reducción de la mortalidad infantil y la mejora de la salud materna.
La Agenda 2030 de la ONU
Desde entonces, ha habido avances significativos en el desarrollo, en particular con la adopción en 2015 de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de las Naciones Unidas, para eliminar la pobreza, lograr la igualdad de género y garantizar la salud y el bienestar de todas las personas. Los 17 objetivos globales, conocidos como Agenda 2030, exigen un esfuerzo colectivo en una amplia gama de áreas (incluidas la acción ambiental, la salud pública, los derechos humanos, la educación y mucho más), para marcar el comienzo de una nueva era de desarrollo en todo el mundo.
Sin embargo, treinta años después, las crecientes desigualdades, las crisis prolongadas y la retirada del multilateralismo amenazan el legado de ese logro histórico, y el progreso corre el riesgo de estancarse o incluso revertirse.
“Es evidente que persisten numerosos desafíos, especialmente en la búsqueda de la erradicación de la pobreza”, señaló el arzobispo.
El control de la natalidad y el aborto no ayudan a detener la pobreza
Hablando en un acto conmemorativo organizado en Nueva York, el Observador del Vaticano lamentó que, en las últimas tres décadas, la implementación del Programa de Acción (PoA) de la CIPD se haya vuelto “cada vez más estrecha en su enfoque”, con un “consecuente alejamiento” de abordar cuestiones de desarrollo”.
Monseñor Caccia se refirió, específicamente, al énfasis actual que las agencias de las Naciones Unidas dan a las políticas de control de la natalidad, incluido el aborto, como un medio para frenar la pobreza y promover el desarrollo, que fue un tema polémico desde la Conferencia de El Cairo.
“Las discusiones retrocedieron y muchos intentaron enmarcar la población como un tema que debe 'solucionarse'. Esto queda claro en la presión a favor del aborto bajo la apariencia de un lenguaje políticamente correcto, convirtiéndolo en el foco de la CIPD y de la implementación de su Programa de Acción”.
"Esto no es sólo un malentendido perjudicial del Programa de Acción, sino del desarrollo en un sentido más amplio", afirmó. "También conduce a la erosión del respeto por la santidad de la vida humana y la dignidad inalienable de la persona humana", agregó.
El control de la población no es la clave para el desarrollo sostenible
Para concluir, el arzobispo Caccia rechazó una vez más la “noción de que el control de la población es la clave para el desarrollo sostenible”. En cambio, dijo, “es esencial garantizar que todos los hombres, mujeres y niños tengan la oportunidad de desarrollar todo su potencial”.
La Santa Sede ha participado ampliamente en negociaciones de las Naciones Unidas sobre cuestiones relativas a los derechos de salud sexual y reproductiva, a medida que han surgido y evolucionado en una agenda global dinámica durante las últimas tres década,s y ha dicho que sugerir que la salud reproductiva incluya el derecho al aborto viola explícitamente el lenguaje de la CIPD y desafía las normas morales y jurídicas implícitas en ella.+