San Roque: dos seminaristas fueron ordenados diáconos para la Iglesia
- 23 de septiembre, 2025
- Presidencia Roque Sáenz Peña (Chaco) (AICA)
Francisco Cáceres y Agustín Chaicovsky recibieron ese ministerio rumbo al sacerdocio de manos del obispo diocesano, Mons. Hugo Barbaro, en la misa celebrada en la catedral.
El obispo de San Roque de Presidencia Roque Sáenz Peña, monseñor Hugo Barbaro, presidió la celebración eucarística el viernes 19 de septiembre, en la catedral diocesana, en la que confirió el diaconado a los seminaristas Francisco Cáceres y Agustín Chaicovsky.
La misa fue concelebrada por todo el clero y participaron numerosos fieles de distintas comunidades, junto a familiares de los ordenados.
Al momento de la ordenación, y retomando las lecturas bíblicas, el prelado recordó a Cáceres y Chaicovsky: "Recibieron hace ya algunos años la llamada a servir en las cosas que se refieren a Dios, dejando de lado planes y proyectos. Estamos muy contentos de que ahora reciban este diaconado camino al presbiterado, y también somos muy agradecidos por el don de la vocación que han recibido".
"Ocasiones como esta ordenación -continuó- nos ayudan a darnos cuenta lo presente y lo cercano que está Dios de todos nosotros y del mundo. Dios no es un ser lejano, está activísimo llegando de de vida a la Iglesia. La quiere más activa y nos involucra a todos en esta inmensa tarea, en esta inmensa misión. Dios nos marca el ritmo y llama al corazón a quienes elige como instrumentos para que, dejando todas las cosas, se pongan al servicio de los demás. Pedimos a Dios que los llene con los dones del Espíritu Santo a ejemplo de los primeros diáconos en la Iglesia".
Monseñor Barbaro recordó que el diaconado "no es un tiempo de simple espera para el sacerdocio, sino que es un tiempo de gracias especialísimas de Dios, pero ahora, como ministros de la Iglesia".
También evocó palabras del papa León XIV en las que invita a considerar que "la llamada al sacerdocio no es algo de un momento, porque el Señor reaviva en nosotros su don: la santa vocación al sacerdocio". Reavivar algo -continuó el obispo- significa darle vida, ponerlo activo, no dejarlo inactivo o detenido. La vocación al sacerdocio no puede estar nunca inactiva, detenida, muerta. Se reaviva continuamente, hasta cuando uno duerme, porque rezamos las Completas y nos dormimos para recuperar fuerzas y así poder servir mejor al día siguiente, no tiene otro sentido nuestra vida. Servimos rezando por los demás, sonriendo, escuchando, animando, descubriendo necesidades, tratando a todos con cariño y paciencia, aunque estemos cansados".
Les pidió que se dejen modear "el corazón, los pensamientos, los afectos y la vida por el Espíritu santo" y les deseó que "esta nueva etapa que comienzan esté siempre inspirada por la constante entrega al Pueblo de Dios".
Los nuevos diáconos agradecieron a sus familias, a sus formadores y guías espirituales, al obispo y el clero, pidiendo a los fieles sus oraciones para ser sostenidos en esta ministerio que se les confía.+