Polonia celebró con el papa Francisco el 1050° aniversario de su Bautismo
- 28 de julio, 2016
- Czestochowa (Polonia)
El papa Francisco presidió este jueves 28 de julio la misa en ocasión del 1050º aniversario del Bautismo de Polonia, concelebrada por los obispos de Polonia y miles de sacerdotes polacos y de otras nacionalidades, en el Santuario de la Virgen de Jasna Gora, en Czestochowa. Ante la presencia del presidente de la nación, Andrzej Duda, y unas 300 mil personas, el Santo Padre explicó en su homilía que las lecturas del día "muestran un hilo divino, que pasa por la historia humana y teje la historia de la salvacioen". Así, aseguró que Dios nos salva hacieendose pequenño, cercano y concreto.
El Santo Padre observó que sorprende coemo se realiza la venida de Dios en la historia: "ninguen ingreso triunfal, ninguna manifestacioen grandiosa". Del mismo modo, el Reino de Dios, ahora como entonces, viene "en la pequenñez, en la humildad".
Dios nos salva hacieendose pequenño, cercano y concreto, subrayó Francisco y precisó que Dios "prefiere a los pequenños" que son grandes ante sus ojos, y a ellos dirige su mirada. Y aseveró que "los pequenños hablan su mismo idioma: el amor humilde que hace libres". En este punto invitó a pensar los maertires de esta nación "que han hecho resplandecer la fuerza inerme del Evangelio", "en las personas sencillas y tambieen extraordinarias que supieron dar testimonio del amor del Senñor en medio de grandes pruebas", "en los anunciadores mansos y fuertes de la misericordia, como san Juan Pablo II y santa Faustina".
Dios es cercano y su Reino estae cerca, recordó. "El Señor no quiere quedarse en un trono en el cielo o en los libros de historia", sino que quiere "sumirse en nuestros avatares de cada diea para caminar con nosotros", explicó el pontífice.
Por ueltimo, el Papa subrayó que "Dios es concreto". El eterno se comunica pasando el tiempo con personas y en situaciones concretas. Por eso el Santo Padre insistió a los presentes en que tambieen su historia, impregnada de Evangelio, cruz y fidelidad a la Iglesia, "ha visto el contagio positivo de una fe genuina, trasmitida de familia en familia, de padres a hijos, y sobre todo de las madres y de las abuelas, a quienes hay mucho que agradecer".
Finalmente el Santo Padre invitó a dirigir la mirada a la Virgen. Es ella "ese espacio, preservado del mal, en el cual Dios se reflejó", "el camino que Dios recorrió para bajar hasta nosotros y hacerse cercano y concreto", "el signo maes claro de la plenitud de los tiempos". Que la Madre, firme al pie de la cruz y perseverante en la oracioen con los disciepulos en espera del Espieritu Santo, "infunda el deseo de ir maes allae de los errores y las heridas del pasado, y de crear comunioen con todos, sin ceder jamaes a la tentacioen de aislarse e imponerse", deseó el Pontífice.
"Que ella les siga indicando el camino a ustedes, que de modo ininterrumpido se dirigen a ella, viniendo a esta capital espiritual del país, y los ayude a tejer en la vida la trama humilde y sencilla del Evangelio".
El Bautismo de Polonia
La historia del bautismo de la nación se remonta al 14 de abril del año 966, día en que fue bautizado el primer monarca histórico de Polonia, Mieszko I, y luego toda su corte.
El gobernante convirtió el país al cristianismo y se proclamó duque de Polonia. Al principio gobernó a la tribu de los polanos ?de donde viene el nombre de Polonia? y luego a las demás tribus. Asimismo creó el Estado de Polonia y sentó las bases de su aparato administrativo.
El gobernante, al aceptar el cristianismo, se igualó a los demás países cristianos de Europa haciendo que Polonia formara parte del círculo occidental de la cultura cristiana. La adopción del rito occidental y no del oriental (bizantino) marcó desde el principio la clara diferenciación de Polonia de los países vecinos del Este. Como resultado de la cristianización, comenzó a llegar el clero.
"El bautismo se produjo en Posen, Gniezno, que por ese entonces estaba en peligro de ser destruido. Los checos habían destruido los inicios del cristianismo originados tras el bautismo. Por lo tanto, el cristianismo volvió a nacer aquí en Cracovia y la ciudad fue anunciada como la capital de Polonia en 1038. No solo se consideró como capital del Estado, sino también el centro de la cultura, el cristianismo y la religiosidad del país", explicó el arzobispo de Cracovia, cardenal Stanislaw Dziwisz.
Texto completo de la homilía del papa Francisco