Patriarca Sako I teme por una guerra civil y la indiferencia de los políticos
- 2 de julio, 2014
- Bagdad (Irak) (AICA)
"El riesgo de un derrumbe general es grande y nadie puede prever cuáles serán los acontecimientos futuros", expresó el patriarca de Babilonia de los Caldeos, Louis Raphael I Sako, en una nota donde describe el drama que está atravesando Irak en las últimas semanas, en el período quizás más oscuro y difícil de su reciente historia.
En un cuadro de guerra y devastación, en el que por un lado los líderes del movimiento qaedista Isis hicieron un llamado a los fieles pidiendo combatir en Siria y en Irak para contribuir a la "construcción de un Estado islámico", donde las batallas se dan en muchas zonas del país y mientras tanto el Nuevo Parlamento se reúne sin tomar ninguna resolución concreta, ni siquiera el nombramiento del presidente de la Cámara ya que están inmersos en discusiones y divisiones internas.
El patriarca caldeo Mar Sako recuerda que la "situación es muy frágil" y "nadie está seguro". Él confirma el riesgo de separación del país e invita a los cristianos a "no desesperar", renovando el pedido de oraciones en "estos tiempos de particular dificultad".
Mensaje del Patriarca de los caldeos
Es con profundo dolor que me pongo a ilustrar la situación en Irak, con el objetivo de acrecentar la conciencia sobre la situación actual y favorecer una atmósfera de solidaridad consciente.
No es ciertamente un misterio que la situación es muy frágil y por lo tanto nadie puede decir que está seguro. Las milicias del Estado islámico de Irak y del Levante [Isis, formación suní yihadista ligada a al-Qaeda] ocupan todavía Mosul y la región circundante, los curdos controlan Kirkuk, el gobierno de Bagdad no controla de hecho las principales ciudades suníes, y el ejecutivo central, hasta hoy, está todavía por nacer.
En el horizonte no se ve ninguna señal de alguna solución política que pueda garantizar mayor seguridad. El riesgo de un derrumbe general es grande y nadie puede prever cuáles serán los acontecimientos futuros.
Las milicias del Isis reinan en Mosul y en casi toda la parte occidental de Irak, mientras que se hacen más fuertes los vientos de guerra en el país; por otro lado, hace un par de días, dos religiosas caldeas, con tres jóvenes huérfanas y un joven de 12 años fueron secuestrados en pleno día, y hasta ahora no se tienen noticias oficiales sobre su suerte.
Los refugiados se cuentan en millones
¿Estamos yendo hacia una guerra civil? Dios no lo quiera, pero todo parece ir en esa dirección. Esta podría durar un año, dos años o quizás más; todos prevén que el éxito más probable -y dramático- de esta crisis pueda ser la división del país en cantones sobre una base étnica y confesional, acentuada además por la componente extremista de naturaleza religiosa.
Pero si el objetivo final es la división, se pregunta uno, ¿por qué se tiene que llegar a través de las guerras y no mediante el diálogo y un acuerdo político?
A nosotros cristianos, que nos inspiramos en el Evangelio, nos parece vivir el misterio de Cristo que duerme en la barca, porque delante de una alarmante indiferencia y a un triste olvido de la comunidad internacional, ¡las olas se levantan y se hacen siempre más peligrosas y amenazadoras!
No obstante, nosotros no desesperamos. Por lo tanto estamos obligados a despertar a Cristo, para sacar provecho de nuestra fe y continuar nuestro viaje en un mar calmo. No logro ver hasta qué punto podemos contar con los políticos y con la clase dirigente. La gran mayoría parece que se preocupa sólo de los problemas propios y de sus intereses, particularmente, ¡del petróleo!
Vemos con alegría el retorno de las familias a sus propias casas, ellas han vivido recién el drama de un nuevo éxodo, y pocos días atrás escaparon de la gran ciudad cristiana de Qaraqosh. Hoy volvieron y esperamos que hechos como este no se puedan repetir.
Aprovechamos esta ocasión, para renovar nuestros más sentidos agradecimientos a todas las personas de buena voluntad, que obran en favor nuestro y a todos los fieles que rezan por nosotros y que están cerca de nosotros en estos tiempos de particular dificultad.+