Jueves 27 de noviembre de 2025

Ordenaciones en la catedral de San Miguel reunieron a la comunidad diocesana

  • 27 de noviembre, 2025
  • San Miguel (Buenos Aires) (AICA)
El obispo, monseñor Damián Nannini, celebró la ordenación presbiteral de Maximiliano Agustín Senzacua y la ordenación diaconal de Manuel Rivarola.
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La catedral de San Miguel fue escenario, el 22 de noviembre, de la ordenación presbiteral de Maximiliano Agustín Senzacua y la ordenación diaconal de Manuel Rivarola.

Durante la celebración, el obispo de San Miguel, monseñor Damián Nannini señaló que la Iglesia celebra su fe en el sacramento del orden y afirmó que la comunidad local recibe un nuevo presbítero y un nuevo diácono. Recordó una expresión atribuida a un santo: "El sacerdocio es el amor del corazón de Jesús". También citó al papa Benedicto XVI: "El sacerdote es un don del corazón de Cristo, un don para la Iglesia y para el mundo".

El obispo indicó que, según el Catecismo, "el orden es el sacramento gracias al cual la misión confiada por Cristo a sus apóstoles sigue siendo ejercida en la Iglesia hasta el fin de los tiempos". Explicó que el ministerio apostólico comprende el episcopado, el presbiterado y el diaconado.

Vocación y conciencia de fragilidad
Monseñor Nannini expresó que Dios llamó a los ordenandos desde antes de su formación en el seno materno, y agradeció a sus familias por acompañar este camino. Sostuvo que toda vocación incluye conciencia de fragilidad y citó a san Pablo: "Llevamos un tesoro en vasijas de barro".

El obispo describió luego el ministerio ordenado como un servicio. Remarcó que Jesús "no vino para ser servido, sino para servir y dar su vida". Agregó que esa orientación debe guiar la vida de quienes reciben el sacramento del orden.

Relató que este año predicó el retiro previo a la ordenación de los dos candidatos y mencionó reflexiones a partir del documento Amoris Laetitia de Francisco sobre los procesos formativos y la libertad responsable.

Dirigiéndose a Senzacua y Rivarola, monseñor Nannini planteó que el don recibido implica responsabilidad personal. Les dio tres indicaciones: considerar que el ministerio es un don para donar, cuidarlo y reavivarlo cuando sea necesario, citando a san Pablo: "Reaviva el don".

El obispo concluyó con una oración de acción de gracias por el sacramento recibido por la comunidad de San Miguel.+