Domingo 11 de mayo de 2025

Opiniones desde la Iglesia a la ley de "muerte digna"

  • 10 de mayo, 2012
  • Buenos Aires (AICA)
Diversas organizaciones sociales y del ámbito universitario expresaron sus opiniones frente a la reciente aprobación en forma unánime en el Senado de la Nación de la ley llamada de "muerte digna", para casos terminales e irreversibles. La norma permite privar de los tratamientos que podrían procurar una prolongación precaria y penosa de la existencia humana, entre ellos la supresión de la alimentación e hidratación. El presbítero Rubén Revello, del Instituto de Bioética de la Universidad Católica Argentina (UCA), dijo a AICA que la normativa aprobada tiene como positivo que la decisión haya quedado en manos del enfermo o de los familiares del paciente y no del equipo médico que lo atiende. También consideró que en líneas generales sea una ley "bastante medida" y "anti eutanásica". El sacerdote calificó como negativo, en cambio, que se haya incluido las curas normales debidas al enfermo como la hidratación y alimentación, porque al rechazar que se sigan dando "pueden ser desencadenante
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Diversas organizaciones sociales y del ámbito universitario expresaron sus opiniones frente a la reciente aprobación en forma unánime en el Senado de la Nación de la ley de "muerte digna", para casos terminales e irreversibles.

La norma permite renunciar a los tratamientos que podrían procurar una prolongación precaria y penosa de la existencia humana, entre ellos la supresión de la alimentación e hidratación.

El presbítero Rubén Revello, del Instituto de Bioética de la Universidad Católica Argentina (UCA), dijo a AICA que la normativa aprobada tiene cosas "positivas" y negativas".

Entre las positivas, destacó que la decisión haya quedado en manos del enfermo o de los familiares del paciente y no del equipo médico que lo atiende. También consideró que en líneas generales sea una ley "bastante medida" y "anti eutanásica".

El sacerdote consideró como negativo, en cambio, que se hayan incluido las curas normales debidas al enfermo como la hidratación y alimentación, porque al rechazar que se sigan dando "pueden ser desencadenantes de la muerte".

"Se debe permitir que el proceso de muerte continúe y no causarlo", advirtió.

El padre Revello recordó que "la Iglesia considera que debe buscarse siempre el bien de la persona y el respeto de su dignidad, por eso en cuanto a la intención nunca debe perseguirse causar la muerte del paciente como fin".

"En este delicado equilibrio debe evitarse el encarnizamiento terapéutico (una prolongación de la vida artificial -respecto de las expectativas médicas- y extraordinaria -para el paciente y su entorno-), permitiendo que la muerte siga su curso natural".

Otras consideraciones
Red Federal de Familias ? Misiones: "La infame ley sancionada ayer habla de ?enfermedad irreversible? o de ?enfermedad incurable?. ¿No son irreversibles o incurables en ciertos estadios el cáncer, la leucemia, el HIV, la sordera, la ceguera, el mal de Parkinson, la parálisis cerebral, etc.? ¿Nos hace un país más "civilizado" el aceptar que a nuestros enfermos se los pueda dejar morir de hambre y de sed? Ayer se decidió que sea legal el gesto homicida de pedir la propia muerte o dejar morir a quienes deberíamos cuidar con mayor esmero. ¿Puede haber mayor ruina para una nación? ¡Nos estamos matando entre nosotros! Estamos legislando la muerte de argentinos".

Doctor Jorge Vitale, abogado: "Aunque la muerte se considere inminente, los cuidados ordinarios debidos a una persona enferma no pueden ser legítimamente interrumpidos. El uso de analgésicos para aliviar los sufrimientos del moribundo, incluso con riesgo de abreviar sus días, puede ser moralmente conforme a la dignidad humana si la muerte no es pretendida, ni como fin ni como medio, sino solamente prevista y tolerada como inevitable. Los cuidados paliativos constituyen una forma privilegiada de la caridad desinteresada. Por esta razón deben ser alentados".

Marcha de los escarpines: "Los legisladores, que por el apuro a sancionar, no escucharon las voces autorizadas, y no abrieron el diálogo democrático que necesita un tema tan delicado, que puede convertirse peligrosamente en ?eutanasia?, muerte provocada intencionalmente, en una secuencia de conveniencias económicas de ahorrar ante la enfermedad. Como también en los cuidados paliativos que corresponde brindar al paciente, sin ensañamiento terapéutico, no encarnizados, para un buen morir, que contemple en su totalidad a la persona, como una unidad sustancial y no como un cuerpo a instrumentar".+