Paraguay: obispos y religiosos califican de inaceptable el 'clientelismo del Estado'

Fue mediante un mensaje conjunto de la Conferencia Episcopal Paraguaya (CEP) y la Conferencia de Religiosos del Paraguay (Conferpar), ante la situación socio-política del país.

Preocupados sobre diversos aspectos sociales y políticos del país, la Conferencia Episcopal Paraguaya (CEP) y la Conferencia de Religiosos del Paraguay (Conferpar) emitieron un mensaje conjunto para las autoridades, los fieles católicos y a la ciudadanía en general, en el que señalaron la necesidad de respetar los derechos civiles y políticos, y a la vez denunciaron procederes arbitrarios que limitan la libertad de expresión y de asociación.

En el mensaje, publicado al final de la asamblea plenaria de la CEP, el viernes 8 de marzo, se advierte que “el Gobierno está llamado a generar una mayor promoción de las personas y del desarrollo del país, sin desigualdades injustas, y con un cuidado sostenible y duradero de la casa común. No es aceptable seguir apoyando a una administración pública que da respuestas deficientes a situaciones de pobreza, que son la base de las desigualdades de nuestro Paraguay".

Los obispos y religiosos paraguayos denuncia,n en primer lugar, “acciones arbitrarias contra el ejercicio ilimitado de los derechos civiles y políticos, la libertad de expresión, el derecho de asociación y movilización" y, también, “la gestión clientelista del Estado mediante prácticas inaceptables de nepotismo”.

En segundo lugar, señalan "el fuerte avance del crimen organizado en nuestra sociedad en los últimos años, incluso en la política, y su injerencia en las instituciones públicas". 

De hecho, “el narcotráfico, el tráfico de armas, el tráfico de madera e incluso las rutas de trata de personas comparten espacios fronterizos con otro tipo de grupos criminales, generalmente con la complicidad de las autoridades”.

La nota también afirma que "el actual sistema educativo nacional debe pasar por una profunda revisión, respondiendo a una verdadera autonomía, tanto en la educación pública como en las instituciones católicas", y denuncia que "el actual modelo de desarrollo se basa en la explotación imprudente de la naturaleza y de las personas, con lo que se fuerzan migraciones desde el campo hacia las ciudades o al extranjero", y que "la riqueza existente no se redistribuye, debido a la evasión fiscal y a la baja tasa impositiva del país, no proporcionándose servicios públicos de calidad para el bienestar social de todas las personas". 

El mensaje denuncia, además, “varias situaciones de graves agresiones a la Casa Común y su impacto en la vida humana: deforestación, contaminación del agua, manejo inadecuado de diversos tipos de residuos, contaminación del aire, acciones que, además de afectar la salud de las personas, destruyen los cultivos de los pequeños productores".

Por último, invitan “a todos los que integramos nuestra nación a construir una propuesta de país participativo y abierto, centrado en el bienestar de las personas, las familias y las comunidades". De hecho, "sólo caminando juntos podremos unir fuerzas y cambiar el rumbo fatídico de nuestro país".

Y concluyen: “En este tiempo cuaresmal, en este Año de la Oración y en este Día Mundial de la Mujer, miramos con esperanza a la mujer que dio vida a Jesús: ¡Que nuestra Madre, la Virgen de Caacupé, sea la estrella que nos oriente y acompañe!”+