Mons. Zurbriggen presidió las fiestas patronales en honor a santa Teresita

"Con santa Teresita, vayamos al corazón del hermano", fue el lema que la comunidad de la ciudad entrerriana de San Salvador eligió para animar la novena preparatoria y la fiesta en honor de la santa.

La ciudad de San Salvador, en Entre Ríos, celebró el jueves 3 de octubre la fiesta patronal en honor a santa Teresita del Niño Jesús. "Con santa Teresita, vayamos al corazón del hermano", fue el lema que la comunidad eligió para animar la novena preparatoria y la fiesta en honor de la santa, en sintonía con el que anima la vida y la misión de la iglesia diocesana.

El repique de campanas a la hora cero marcó el inicio de la fiesta, en presencia de un grupo de fieles, congregados en el atrio del templo. Allí, reunidos previamente en vigilia, los presentes compartieron un momento de oración y de animación festiva, además de recibir la bendición y una reflexión del párroco, Aníbal Aguilera, quien pidió para la comunidad una lluvia de rosas y de bendiciones.

Se oficiaron dos misas durante la jornada, en el templo y en el patio parroquial, esta última precedida por la procesión con la imagen de la santa patrona por las calles céntricas de la ciudad.

La misa central fue presidida por el obispo de Concordia, monseñor Gustavo Zurbriggen, y concelebrada por el padre Aguilera, junto a un número importante de sacerdotes de la diócesis: los padres Marcelo Krenz, Alfonso Frank, Néstor Toller, Marcelo Charles Mengeón, José Luis Bogado, Rodolfo Rapuzzi, Pablo Méndez, Cristian Arévalo, Dante Postai, Elías Benitti, Pablo Siarra y Fabricio Ponce. También participó un grupo de sacerdotes de la localidad de Villaguay.

Monseñor Zurbriggen centró su homilía en el tema de la oración, en consonancia con la novena patronal y en el marco del año dedicado a ella por toda la iglesia universal. Citó a Santa Teresita como modelo de oración, y destacó lo importante que es la oración de acción de gracias, como así también la de ofrecimiento y de petición. Invitó a los fieles a vivir, como santa Teresita, las virtudes cristianas en lo simple, lo sencillo y lo cotidiano, para ser fermentos del Reino en los ambientes donde cada uno vive.

El clima festivo que se inició con la vigilia se extendió durante toda la jornada. Por la tarde, desde muy temprano, se llevó a cabo el festival, con la actuación de ballets folklóricos y bandas musicales de varios géneros, con una gran participación de la comunidad. Fue una tarde compartida en familia, con el corazón ensanchado de gozo al recibir a tantos hermanos con los que se comparte la fe.+