Jueves 21 de noviembre de 2024

Mons. Uriona: "Es fundamental que al Señor le pidamos la gracia de la conversión"

  • 24 de junio, 2021
  • Río Cuarto (Córdoba) (AICA)
El obispo de Villa de la Concepción del Río Cuarto consideró que hay que aprovechar la pandemia para cambiar la actitud y el corazón para descubrir al otro como hermano.
Doná a AICA.org

Monseñor Adolfo Armando Uriona FDP, obispo de Villa de la Concepción del Río Cuarto, celebró la misa dominical en la capilla San Juan Bautista, donde consideró que hay que aprovechar la pandemia para cambiar la actitud y el corazón para descubrir al otro como hermano. 

“El texto de este domingo es el Evangelio de San Marcos que el papa Francisco eligió como texto iluminador en ese famoso atardecer en Roma, en la plaza San Pedro, lluviosa, vacía y oscura, el 27 de marzo de 2020, cuando hizo un momento extraordinario de oración por la pandemia que se presentaba fuertemente, especialmente en Europa”.

“Ahora nos toca a nosotros, y justamente este texto viene a iluminar la vida de nuestra Argentina y de toda América Latina bajo el régimen de la tormenta de la pandemia”, señaló en la homilía.

“Nos damos cuenta como decía el Papa, que estamos todos en la misma barca sin distinción. Aquí no hay ni ricos, ni pobres, ni jóvenes, ni ancianos, todos estamos en la misma barca”, agregó.

Monseñor Uriona comentó: “Todos nos sentimos frágiles y desorientados, por eso podemos entender la actitud de los apóstoles que le gritan a Jesús, que estaba durmiendo en el cabezal de la barca, ´maestro ¿no te importa que nos ahoguemos?´ casi como reclamándole”.

“Podemos entender esto de los apóstoles porque nos pasa a nosotros, no entendemos mucho lo de Jesús que dormía serenamente en medio de una tormenta. Lo despiertan a Jesús, calma la tormenta y les dice a los apóstoles ´¿por qué dudaban? ¿por qué esa falta de fe? ¿por qué tienen miedo? ´”, recordó, y afirmó: “Evidentemente hoy Jesús nos dice lo mismo a nosotros”. 

“Llevamos casi un año y medio de esta pandemia y la pregunta es ¿hemos aprendido algo? ¿estamos aprendiendo? ¿podemos seguir adelante cada uno de nosotros como estábamos antes sin tener en cuenta a los demás?”, interpeló.

El prelado riocuartense explicó que “si miramos a nuestro alrededor comprobamos que hay actitudes ambivalentes”. 

“Por un lado, personas que se entregan totalmente a los otros. Yo pienso en este momento fundamentalmente en el personal sanitario que está agotado, con las clínicas y los hospitales desbordados, casi al tope, especialmente las terapias intensivas. Pienso en el personal de seguridad, pienso en tantas personas que se ponen al servicio. Pienso también en jóvenes que se ofrecen como voluntarios, por ejemplo, para Cáritas o para visitar a un anciano, pienso también en religiosas y sacerdotes que se entregan llevando la unción de los enfermos, escuchando a las personas. Tengo el testimonio, nos ha ocurrido a nosotros, de sacerdotes y religiosas que han dado su vida, que han fallecido”.

“Pero nos encontramos también con la otra parte. Personas que se aprovechan de la situación desde su egoísmo. Vemos con tristeza en los medios de comunicación las confrontaciones que hay en nuestras clases dirigentes, en aquellos que tienen que conducir nuestra Patria. Esas confrontaciones que son estériles, que quitan energías mientras que el pueblo está sufriendo, desde la enfermedad hasta las consecuencias de la misma situación social como la pobreza que crece”, añadió.

“Pero tenemos las dos actitudes, por eso es fundamental que al Señor le pidamos la gracia de la conversión, de cambiar de actitud, de cambiar nuestro corazón, la pandemia nos tiene que llevar a eso. Dios nos está hablando, nos está diciendo que cambiemos el corazón, que tengamos actitudes solidarias, descubramos al otro como hermano especialmente en nuestra Patria”, concluyó.+