Martes 8 de octubre de 2024

Mons. Stanovnik anima a recrear el mandato del amor de la Virgen de la Merced

  • 28 de septiembre, 2023
  • Corrientes (AICA)
En la fiesta de la patrona de la ciudad de Corrientes, el arzobispo llamó a "convertirnos diariamente en obsequio para nuestros hermanos", mediante una entrega desinteresada.
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El arzobispo de Corrientes, monseñor Andrés Stanovnik, presidió el pasado 24 de septiembre la solemne procesión y la misa central en honor a Nuestra Señora de la Merced, patrona de la ciudad.

Siguiendo el lema de la novena preparatoria, el prelado animó a pedirle “humildad para escuchar” y recordó que “merced” quiere decir misericordia, perdón, gracia, es decir algo que se recibe gratuitamente, algo que no se merece, que no se consigue a cambio de otra cosa, un obsequio inesperado que sorprende, inquieta y desinstala.

En su homilía, monseñor Stanovnik señaló: "Doce años atrás, hemos colocado el bastón de mando en nuestra imagen de la Merced”, y destacó: “La lógica de ese bastón no es la guerra, sino la paz; no es la conquista, sino la fraternidad, que se construyen en el espíritu de la merced, de darse gratuitamente, de ofrecerse en sacrificio para que el otro viva”.

En esa merced, sostuvo, “está todo el potencial que necesitamos para reconstruir nuestros vínculos en la familia, promover la amistad social y un sentido más profundo de fraternidad entre todos. Porque no hay convivencia humana que pueda perdurar, sino está fundada en el amor oblativo, en la entrega desinteresada, en el riesgo de comprometer la propia vida en favor de otros”.

La “merced” se convierte así en la necesidad de “recrear hoy el mandato del amor, que nos deja el mensaje de la advocación de Nuestra Señora. Convertirnos diariamente en obsequio para nuestros hermanos, en nuestra vida cotidiana, en nuestro trabajo, y en los servicios que prestamos en las diversas áreas de nuestra convivencia ciudadana”.

Por último, el arzobispo de Corrientes animó a suplicarle a Nuestra Señora de la Merced “que nos abra más el corazón y nos enseñe a tratarnos unos a otros con el amor y la paciencia, que distinguen a todo aquel que se considere una persona de bien, justa, fraterna y solidaria con todos”.+