Jueves 2 de mayo de 2024

Mons. Rossi: 'Dar hospedaje y dejarse cobijar, virtudes cristianas que debemos resucitar'

  • 6 de julio, 2023
  • Córdoba (AICA)
El arzobispo de Córdoba presidió una misa en la capilla Nuestra Señora del Huerto, en la que llamó a "renovar la hospitalidad, esa virtud de abrir puertas, de cobijar".
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El arzobispo de Córdoba, monseñor Ángel Rossi SJ, presidió una misa en la capilla Nuestra Señora del Huerto, en la que recordó que “el seguimiento del Señor no admite medias tintas, no admite soluciones de compromiso; sino que seguirlo al Señor implica entrar en crisis, seguirlo al Señor produce desconcierto, abre grietas personales y sociales. No grietas ideológicas, sino grietas evangélicas”.

“Hay quienes usan el nombre de cristianos para asegurarse privilegios o favores, para ubicarse en la sociedad”, sostuvo, y diferenció: “Pero tenemos cristianos modestos que llevan silenciosamente su cruz de cada día; que soportan animosamente situaciones penosas, capaces de un heroísmo secreto. Cristianos que sirven en la sombra. No es posible seguirlo al Señor, sino cargando con la cruz”.

El arzobispo cordobés advirtió sobre “el peligro de leer este discurso misionero, que estamos escuchando en el Evangelio, como si fuese un lenguaje simbólico”, y aseguró: “No, es bien clarito. Encontrar la vida es perderla y perder la vida por Cristo es encontrarla, salvarla”.

“Encontrar la vida –para algunos- es administrarla juiciosamente, reservarse, tomar precauciones, garantizarse seguridades, desinteresarse de los demás y, a veces, cuidando excesivamente el propio pellejo”, graficó, y señaló: “En cambio, el Evangelio nos invita a perder la vida; perder la vida es jugársela sin demasiados cálculos, arriesgando todo, gastarse sin reservas, darse apasionadamente, estar dispuesto a perder todo por un valor auténtico, que son las cosas del Señor”.

“Uno de esos modos de dar la vida es la hospitalidad”, aseguró, y llamó a “renovar la hospitalidad, la virtud de abrir puertas, de cobijar. Dar hospedaje y dejarse cobijar, dos lindas y nada fáciles virtudes cristianas que debemos resucitar”.

Monseñor Rossi destacó que la hospitalidad no es “simplemente comer juntos sino venerar la fragilidad del huésped, reconfortándolo con lo mejor de sí”, e invitó a renovar lo que el Papa llama “la cultura del rostro, lo más personal del otro que me sale al encuentro, junto con su desnudez e indefensión extrema”.+