Mons. Ojea: 'María es la imagen de la Iglesia misionera'
- 24 de diciembre, 2024
- San Isidro (Buenos Aires) (AICA)
El obispo invitó a pedirle a la Virgen la esperanza. "Esa esperanza de una madre que quiere el mejor destino para su hijo y, al mismo tiempo, esa caridad que se refleja en cada hermano", puntualizó.
En su reflexión dominical, el obispo de San Isidro, monseñor Oscar Ojea, aseguró: "La Iglesia quiere ponerse junto a María, quiere ponerse junto a su corazón y pedirle poder esperar al Niño como lo esperó ella; seguramente, soñando un destino grande para con su hijo".
"¿Qué madre pobre no sueña un destino grande para su hijo?", se preguntó, y describió: "Es una madre pobre, es una madre que el Evangelio nos la va a presentar, al mismo tiempo que se entera de la obra de Dios en ella y ya no pierde tiempo, no se repliega sobre sí misma, no se concentra en sí misma".
"María ha aceptado el proyecto de Dios para su vida, y entonces se lanza rápidamente, sin demora, 'apresuradamente', dice el Evangelio, 'dejando todos sus problemas en las manos de Dios'", sostuvo.
Tras considerar que, "ciertamente, que eran inmensos problemas", planteó algunos: "Su ubicación social, ¿cómo explicaba que iba a tener un hijo? Su relación con José, la relación con sus padres, con su entorno; el riesgo de vida que corría una adúltera en aquel tiempo y, sin embargo, ella se lanza".
Monseñor Ojea destacó que María aceptó "el plan de Dios y sintió el llamado de ayudar a su prima anciana que va tener un hijo".
"Yo pensaba: cuando hay fe, cuando hay fe verdadera, ¡cómo nos salen más fácilmente las palabras, el estar al lado de alguien que necesita!", exclamó.
"Pensemos cuántas personas necesitan de nosotros y, a veces, las palabras las pone el Señor, no tenemos que preocuparnos; pero, por estar tan metidos dentro de nosotros mismos, muchas veces no vemos, no miramos, no trascendemos", lamentó, y destacó: "Este lenguaje de la Virgen e Isabel, este entendimiento inmediato entre las dos, está producido porque las dos tienen fe".
Monseñor Ojea finalizó su reflexión, resaltando: "Que el Señor nos conceda, en esta espera del Salvador, ponernos al lado de ella. Ella es la imagen de la Iglesia misionera. Ella lleva a Jesús, ella apenas lo acepta en su corazón y en su seno, tiene que llevarlo".
"La imagen de la Iglesia que camina. Pidámosle a ella la esperanza. La esperanza de una madre que quiere el mejor destino para su hijo y, al mismo tiempo, esa caridad que hace que, una vez que se reciba al Señor, se lance a comunicarlo, a transmitirlo reflejado en cada hermano, en cada hermana", concluyó.+