Viernes 26 de abril de 2024

Mons. Mestre: "Jesús, el Nuevo Templo, renueva nuestra espiritualidad"

  • 10 de marzo, 2021
  • Mar del Plata (Buenos Aires) (AICA)
El obispo de Mar del Plata eligió para el tercer domingo de Cuaresma tres palabras para reflexionar: interior, templo y violencia.
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En su reflexión para el tercer domingo de Cuaresma, el obispo de Mar del Plata, monseñor Gabriel Mestre, predicó sus habituales tres puntitos sobre el Evangelio de la expulsión de los mercaderes del templo.

El obispo describió que la actitud de Jesús “no es una reacción principalmente moral o ética, sino más bien teológica”. Se trata de “un gesto profético eficaz con el que Jesús inaugura, antes de la Pasión, el culto nuevo, en espíritu y verdad”.

El Señor conoce lo que hay en el interior del ser humano
En el primer punto, monseñor Mestre hizo referencia a que Jesús “conoce el interior de cada uno de nosotros”. Ya llegamos a la mitad de la Cuaresma, “¿qué tenemos en el corazón para presentarle al Señor?”, se preguntó. Por eso, animó a dejar en sus manos “lo bueno, lo regular, lo malo…”. En efecto, “el gran desafío será el de crecer para el bien, la verdad y la belleza partiendo de lo que hay en el interior de cada uno de nosotros que siempre necesita ser purificado”.

Jesús, el Nuevo Templo, renueva nuestra espiritualidad
El encuentro con Jesús “es lo que define y renueva nuestra espiritualidad”. Monseñor Mestre afirmó que este es “el nuevo templo”. En este sentido animó a dejar atrás “esquemas antiguos” que muchas veces nos hacen “perdernos la novedad de vida y de gracia que brota del Misterio Pascual, de la muerte y resurrección del Señor”. Jesús es “el templo auténtico de Dios” que, a su vez, “nos hace templos de Dios a cada uno de nosotros”, confirmó.

¿Existe ira y violencia en Jesús? 
El obispo marplatense aclaró que, como la ira es un pecado capital, este no existe en Jesús. Esta escena del Evangelio no representa “ira ni violencia destructiva”. Sin embargo, Jesús en su naturaleza humana tiene un “apetito sensitivo irascible o, también llamado, movimiento pasional irascible”. Este consiste en “la inclinación firme del corazón a la consecución de un bien más allá de las dificultades”. Jesús “actúa de forma elocuente y decidida pero sin dañar a nadie, sin destruir a ninguna persona”.+