Mons. Martínez: el secularismo, el mayor problema de este tiempo

En sus reflexiones para el quinto domingo de Pascua, el obispo de Posadas se refirió también a la preparación para la Ascensión del Señor y Pentecostés.

En su carta para el quinto domingo de Pascua, el obispo de Posadas, monseñor Juan Rubén Martínez, se refirió a las próximas fiestas de la Ascensión del Señor y Pentecostés, y al secularismo.

En relación con el Evangelio del día, señaló que “nos presenta la partida de Jesús. La liturgia nos prepara para las celebraciones de la Ascensión del Señor y Pentecostés. En este anuncio que realiza Jesús se genera un diálogo con sus discípulos que es importante que nosotros tratemos de profundizar”. Y agregó que, en efecto, “el Señor, después de varios encuentros posteriores a su Resurrección, comienza a advertirles de su partida”.

El obispo posadeño señaló que “durante el tiempo de la Pascua, profundizamos en la necesidad de comprender que para llamarnos cristianos necesitamos tener o buscar un encuentro con la Persona de Jesucristo, muerto y resucitado”, y precisó; “Esta experiencia de fe es especialmente importante en este tiempo, sobre todo porque se va acentuando en los grandes centros urbanos el problema del secularismo, una forma de ateísmo práctico que concibe la vida humana, personal y social al margen de Dios”.

Al respecto, el prelado se refirió a la constitución pastoral Gaudium et spes del último Concilio, en la cual se distingue entre “la legítima secularización” y “el secularismo”. En ese sentido, indicó que “es importante para los laicos comprender esta diferencia, para vivir su propia vocación de transformar las realidades temporales en sus ambientes y ser instrumentos de la evangelización de la cultura”.

En cuanto a “la legítima secularización enseñada por la Iglesia”, expresó que “implica la necesaria autonomía de las realidades temporales. Autonomía de las leyes naturales y la libertad con que Dios nos ha creado”. Así, ejemplificó, “en general cuando tenemos una enfermedad recurrimos a un médico y tomamos una medicina adecuada indicada por la ciencia”, en lugar de esperar un milagro en las ocasiones en que esto no es necesario.

“Distinta a esta justa secularización, es el secularismo, el mayor problema a encarar en nuestro tiempo, porque desconoce a Dios, lo omite, ni siquiera lo discute”, continuó.

En este sentido, citó las Líneas Pastorales para la Nueva Evangelización (LPNE), en las que se afirma: “El olvido de Dios, fundamento último de todo valor ético, conlleva el riesgo de alimentar en los hombres la autosuficiencia y absolutizar el poder, el dinero, la mera eficiencia o el Estado mismo”.+