Jueves 21 de noviembre de 2024

Mons. Lozano y la trascendencia de los 9 años del pontificado de Francisco

  • 13 de marzo, 2022
  • San Juan (AICA)
El arzobispo de San Juan resumió el papado de Bergoglio destacando sus gestos, documentos pontificios y, en particular, valorando que "no hable de la guerra o los pobres como 'un tema' abstracto".
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Monseñor Jorge Eduardo Lozano, arzobispo de San Juan de Cuyo y secretario general del Consejo Episcopal Latinoamericano (Celam), describió cómo fue aquel 13 de marzo de 2013, al cumplirse 9 años de la elección pontificia de Francisco.

Tal vez pocas veces una chimenea haya sido vista por tantos millones de personas en todo el mundo. La expectativa estaba puesta en el color del humo: blanco o negro.

Eran las 15:05 en la Argentina y las 19:05 en la ciudad de Roma del miércoles 13 de marzo de 2013. Todos los medios de comunicación del mundo mostraban el esperado “humo blanco” y se preparaban para el ya cercano “¡Habemus Papam!”.

Los cardenales del mundo, inspirados por el Espíritu Santo, eligieron al hasta entonces arzobispo de Buenos Aires, Jorge Mario Bergoglio, como sucesor del Apóstol San Pedro. El nombre elegido fue su primer mensaje: Francisco.

Al señalar que hoy se cumplen 9 años de aquel acontecimiento, monseñor Lozano consideró que “es imposible en una página recoger la densidad y la trascendencia de estos años de su papado” y comenzó por “sus gestos, parte integrante de su magisterio”.

“Seguramente al hacer esta referencia habrán venido a tu recuerdo unas cuantas imágenes. Abrazo a los enfermos, a los adictos, comer con los pobres, sus zapatos, cercanía a los migrantes y refugiados, sus viajes a las periferias del mundo, su presencia en la embajada de Rusia para pedir la paz. Son enseñanzas entendidas también por quienes no saben leer, por ‘los de abajo’”, enumeró.

“Sus cercanías a las periferias geográficas y existenciales en concreto. Ser Iglesia pobre y para los pobres, sinodal y en salida. Tierra-Techo-Trabajo, las conocidas como 3T. Francisco, con las 3T nos habla de los ‘anhelos muy concretos de cualquier madre y cualquier padre’, ‘derechos sagrados’, ‘es la Doctrina Social de la Iglesia’: ‘el amor a los pobres en el centro de Evangelio’”, puntualizó citando el discurso papal a los participantes del Encuentro Mundial de Movimientos Populares en 2014.

El arzobispo sanjuanino destacó también que Francisco “no habla de la guerra o los pobres como ‘un tema’ abstracto, y reprodujo un párrafo de la exhortación apostólica Evangelii gaudium: “Los mecanismos de la economía actual promueven una exacerbación del consumo, pero resulta que el consumismo desenfrenado unido a la inequidad es doblemente dañino del tejido social. Así la inequidad genera tarde o temprano una violencia que las carreras armamentistas no resuelven ni resolverán jamás. Sólo sirven para pretender engañar a los que reclaman mayor seguridad, como si hoy no supiéramos que las armas y la represión violenta, más que aportar soluciones, crean nuevos y peores conflictos. Algunos simplemente se regodean culpando a los pobres y a los países pobres de sus propios males, con indebidas generalizaciones, y pretenden encontrar la solución en una ‘educación’ que los tranquilice y los convierta en seres domesticados e inofensivos. Esto se vuelve todavía más irritante si los excluidos ven crecer ese cáncer social que es la corrupción profundamente arraigada en muchos países —en sus gobiernos, empresarios e instituciones— cualquiera que sea la ideología política de los gobernantes”.

Monseñor Lozano consideró que “sus encíclicas Lumen Fidei (la primera, escrita a partir de borradores del papa Benedicto XVI), Laudato si’, Fratelli tutti, cada una son un llamado a que la humanidad recupere con la primera el valor de la luz de la fe en todo tiempo; en la segunda, el valor de la creación de Dios y el hombre como parte decisiva en el uso del bien común; y en la tercera, el valor de la fraternidad (amistad social) que nos iguala en dignidad, deberes y derechos en la construcción de la convivencia humana. Un tesoro que aún no terminamos de descubrir del todo”.

“Cada vez que he tenido la oportunidad de encontrarme con él de modo presencial, sea grupal o personalmente, me ha impactado su mirada profunda, sus comentarios evangélicos… ‘emana’ pasión por Jesús y por su pueblo. Cuando voy en camino a esos encuentros, me imagino con qué va a sorprenderme esta vez: gesto, palabra, misión, análisis, preocupaciones inminentes globales, personales, comunitarias… todo amasado en la esperanza”, concluyó.+