Mons. García Cuerva: 'No bajar los brazos y poner toda la confianza en el Señor'
- 11 de febrero, 2025
- Buenos Aires (AICA)
"'Navegar mar adentro' es volver a jugarnos por el Evangelio, por la buena noticia. Es, de lleno, volver a creer que el Señor no nos abandona", alentó el arzobispo de Buenos Aires.
Comentando las lecturas del V domingo de tiempo ordinario, el arzobispo de Buenos Aires, monseñor Jorge García Cuerva, señala "el sinsabor de quienes se dedican a la pesca y, después de una noche entera, vuelven sin pescar". Y agrega: "Pensaba que podríamos llamar a esta escena 'la noche de las redes vacías'", a la vez que plantea: "Así a veces está nuestro corazón".
"¿Cuántas veces nosotros, aunque no seamos pescadores, nos sentimos así? Porque también nos pasa que, quizá, pusimos el mismo esfuerzo que esos pescadores, pero después no hay frutos del trabajo; cuando decimos: 'Todo me sale mal'; cuando ponemos energía, dedicación y los resultados no nos acompañan", enumeró.
El arzobispo porteño destaca que no solamente están las redes vacías, sino que también están las barcas vacías: "Jesús hace de esa barca vacía la cátedra desde la cual enseñará y dará sus mejores palabras a la multitud. Por eso, quería que hoy dejemos también nosotros al Señor subir a la barca de nuestra vida que, a veces, la sentimos vacía".
"Dejemos que el Señor llene con su presencia nuestros vacíos", animó, especialmente cuando "extrañamos a seres queridos que han partido, cuando lo único que encontramos es soledad, angustia, depresión. Dejemos que el Señor llene con su presencia de alegría, de esperanza, de ganas de seguir adelante, la barca de nuestras vidas".
Sobre el mandato a Pedro de navegar mar adentro, consideró: "Le está diciendo 'Volvé a intentarlo, Pedro, no te quedes en la decepción, no te quedes en las redes vacías. Yo estoy acompañando la barca de tu vida, Yo lleno con mi presencia el vacío de tu corazón, y te animo a volver a intentarlo'".
"De eso se trata ser peregrinos de esperanza, de no bajar los brazos y de poner toda nuestra confianza en el Señor, en su Palabra. Él es nuestra seguridad", planteó, y añadió: "'Navegar mar adentro' es volver a jugarnos por el Evangelio, por la buena noticia. Es, de lleno, volver a creer que el Señor no nos abandona".
Por eso, animó a volver a recuperar el ardor misionero porque, en definitiva, la Iglesia es misión. "Creo que de eso se trata nuestra vida. De siempre echar las redes. Es decir, ser misioneros, animarnos a jugarnos la vida por el Evangelio. Animarnos a salir de nosotros mismos, pero, al mismo tiempo, echarnos a los pies de Jesús reconociendo toda nuestra fragilidad. Porque es Él el Maestro, nosotros somos sus discípulos", expresó.
"Qué lindo ser misioneros, testigos de la esperanza que, al mismo tiempo, porque no se la creen todos los días se animan a decir como oración 'Aléjate de mí, Señor, porque soy un pecador'. Es Él el que trabaja con su gracia en nuestras vidas. No hay que creérsela. Navegamos mar adentro, echamos las redes, no por propio mérito, sino porque Él nos ama, nos perdona siempre. Y, por eso, echamos la red y, al mismo tiempo, nos echamos con mucha humildad a sus pies y le pedimos perdón", concluyó.+