Mons. Frassia: "Dar luz es comunicar, es expresar, es vivir en comunión"

"Dar luz es comunicar, es expresar, es vivir en comunión (?) tener coherencia de vida, de lo que uno es, de lo que uno piensa, de lo que uno hace, de lo que uno obra"

Al reflexionar con el Evangelio del domingo 9 de febrero, el obispo de Avellaneda-Lanús, monseñor Rubén Oscar Frassia, mencionó a la “luz del mundo” y la “sal de la tierra”, como “cosas que tienen identidad”.



Entonces, “si la sal pierde su gusto no sirve para sazonar la comida”, y en el caso de la luz, si se la esconde, “se la mete en un ropero o en un cajón, no ilumina”. El obispo de Avellaneda-Lanús lo comparó con nuestra vida: “Tenemos que iluminar; no sólo vivir para Dios sino también vivir para los demás. Tenemos que dar un testimonio”, afirmó.



“Dar luz es comunicar, es expresar, es vivir en comunión” expresó luego. Lo cual también significa “tener coherencia de vida, de lo que uno es, de lo que uno piensa, de lo que uno hace, de lo que uno obra”. Por lo cual, “no basta decir ‘Señor, Señor’ ni decir muchas cosas; lo que hay que hacer es poner por obra”, explicó monseñor Frassia.



Seguidamente, recomendó a la comunidad diocesana: “Cada uno de nosotros, en nuestros ámbitos, en nuestros lugares, en nuestros espacios, tenemos que vivir de acuerdo a nuestra identidad, a nuestra pertenencia y darle gusto a las cosas”.



Monseñor Frassia hizo referencia a frases como “no te metas”, “lavarse las manos”, “mirar para otro lado”, “que no nos compliquen la vida”, “no ocuparnos de los demás”, “ignorar las cosas que pasan”, y las definió como “pereza y mediocridad”. En este sentido, hizo mención a los padres que “se ven en figurillas, para ser responsables ante sus hijos”, y a las actitudes de los menores que “no reciben un no a su debido tiempo”.



Finalmente, indicó: “Todos tenemos que afrontar la vida y tenemos que ser responsables. Que demos gusto a las cosas, hagamos el bien y veremos que seremos más felices; y cuanto más felices seamos menos cosas nos vamos a llenar de ellas; porque hay gente que, como no es feliz, se quiere llenar de cosas para ‘inventar’ la felicidad. La felicidad y la paz no están en la acumulación de cosas; están en la sencillez de las cosas simples”.+