Domingo 28 de abril de 2024

Mons. Conejero Gallego: 'Amor, alegría y paz'

  • 26 de enero, 2024
  • Formosa (AICA)
El obispo de Formosa dedica su editorial a los tres primeros frutos del Espíritu enunciados por el apóstol Pablo a los gálatas. Hace hincapié en la necesidad de instaurar la fraternidad universal.
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El obispo de Formosa, monseñor José Conejero Gallego recordó que amor, alegría y paz son los “tres primeros frutos del Espíritu, de los nueve enunciados por Pablo, en su Carta a los Gálatas” y los consideró “realidades importantes y significativas de la vida cristiana”.

En su editorial en el periódico diocesano Peregrinamos, el prelado estimó conveniente “considerarlas, meditarlas, celebrarlas y vivirlas, tanto personal como comunitariamente”.

Tras detallar que “el amor es “origen, motivación, plenitud y fin último de todo”, destacó que la alegría es “fruto del Espíritu Santo, recomendada siempre por el Señor y por la Iglesia, aún a pesar de las dificultades y persecuciones por las que pudiéramos atravesar en la vida”: 

El obispo formoseño hizo hincapié en la paz, como “el designio de Dios sobre los hombres, así lo cantan los ángeles el día del nacimiento de Jesús: ‘¡Gloria a Dios en las alturas, y en la tierra, paz a los hombres amados por Él!’”.

“La paz es el saludo de Jesucristo Resucitado a sus Apóstoles, el saludo y deseo de sus discípulos para con todos los hombres de buena voluntad”, sostuvo.

“Hoy, que tanta falta nos hace a todos, en Ucrania, Palestina e Israel, la propia tierra de Jesús. Quizás sea éste, el compromiso y la tarea prioritaria en el mundo de hoy: trabajar por la paz, ser constructores y artesanos de la paz, reconociendo la dignidad de toda persona humana y esforzarse por instaurar la fraternidad universal, promoviendo un desarrollo integral para todos”, propuso.

Por último, monseñor Conejero Gallego recordó que con este primer ejemplar de 2024, la diócesis de Formosa estrena lema pastoral deseando, como Iglesia Sinodal, crecer en “comunión, participación responsable, en favor de la misión evangelizadora, formulando nuestro compromiso de esta manera: ’Amemos a Jesús, el Señor, para cumplir sus palabras de Vida eterna’”.+