Viernes 4 de octubre de 2024

Mons. Bressanelli: "Ser catequista, la hermosa vocación de anunciar a Cristo"

  • 22 de agosto, 2014
  • Neuquén (AICA)
El obispo de Neuquén, monseñor Virginio Bressanelli SCJ, animó a los catequistas de la diócesis a "cultivar la formación teológica y pedagógica necesaria para la buena transmisión de la fe, sostenidos por un consecuente testimonio de vida que enseñe y atraiga con el ejemplo, y conduzca al descubrimiento, al encuentro y a la amistad con Cristo" y recordó que "ser catequista es una vocación y una tarea hermosa de anunciar a Cristo, de enseñar a orar y a relacionarse con Dios, de sentirse Iglesia y cargar con su obra evangelizadora, de integrarse activamente en la propia comunidad eclesial, de comprometerse personal y socialmente en la transformación del mundo, desde el propio carisma y vocación, para que todo ser humano sea feliz".
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El obispo de Neuquén, monseñor Virginio Bressanelli SCJ, felicitó a los catequistas por su servicio y destacó que "este es el ministerio más amplio, en número de personas comprometidas con la evangelización, que tiene nuestra diócesis".

"A todos lleguen nuestro aprecio y la certeza de que la Diócesis ora por ellos y los sostiene espiritualmente. A todos les deseamos un servicio fecundo en orden al crecimiento del Reino de Dios en el mundo, desde el corazón, la mente y la doctrina de la Iglesia. Les deseamos que su ministerio sea una verdadera escuela de formación integral, donde las tres patas indispensables son la doctrina, la espiritualidad y una metodología pastoral adecuada", subrayó en un mensaje.

El prelado neuquino alentó a los catequistas a "cultivar la formación teológica y pedagógica necesaria para la buena transmisión de la fe, sostenidos por un consecuente testimonio de vida que enseñe y atraiga con el ejemplo, y conduzca al descubrimiento, al encuentro y a la amistad con Cristo".

Por último, monseñor Bressanelli recordó que "ser catequista es una vocación y una tarea hermosa de anunciar a Cristo, de enseñar a orar y a relacionarse con Dios, de sentirse Iglesia y cargar con su obra evangelizadora, de integrarse activamente en la propia comunidad eclesial, de comprometerse personal y socialmente en la transformación del mundo, desde el propio carisma y vocación, para que todo ser humano sea feliz".+

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