Jueves 21 de noviembre de 2024

Mons. Aspiroz Costa: 'Los sueños de Dios son nuestra vocación'

  • 23 de marzo, 2023
  • Bahía Blanca (Buenos Aires) (AICA)
En la solemnidad San José, el arzobispo de Bahía Blanca destacó el ejemplo del custodio del Redentor como hombre justo: "Es la expresión más parecida a la santidad".
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En la solemnidad San José y en conmemoración de los diez años del papa Francisco, el arzobispo de Bahía Blanca, monseñor Carlos Alfonso Azpiroz Costa OP, presidió la misa en la parroquia San José, donde recordó que “hoy celebramos a alguien a quién se le dio la vocación de guardián, padre adoptivo de Jesús y custodio de la Iglesia universal”.

La Eucaristía fue concelebrada por monseñor Jorge Luis Wagner, obispo auxiliar de Bahía Blanca; los obispos eméritos monseñor Guillermo José Garlatti y Néstor Hugo Navarro, el superior general de los scalabrinianos, presbítero Leonir Chiarello, de visita en la ciudad a sus sacerdotes y comunidad, y sacerdotes y diáconos de la arquidiócesis de Bahía Blanca.

En la homilía, el arzobispo bahiense destacó que “Mateo nos regala el Evangelio de la anunciación a José” y señaló que ante la difícil situación en la que se encuentra José respecto a María, al enterarse de su embarazo, el amor lo lleva a no hacerle daño: “José respetó la vida de su prometida y de la criatura que llevaba en su seno porque era un hombre justo”.

Citando a Benedicto XVI en el discurso de inicio de su pontificado, explicó que “sufrimos por la paciencia de Dios que abraza nuestra humanidad y nos espera”. Y precisamente “Dios revela a José el sueño que tiene para él y su prometida”.

“Hoy en día hay muchos sueños. Venimos acá porque también celebramos los diez años del inicio del pontificado de Francisco, el 19 de marzo de 2013”, continuó diciendo el arzobispo. Al preguntarse “¿Qué es lo que sueña el pueblo de Dios, el común de la gente?”, sostuvo que “suele definirlo el Papa como techo, tierra y trabajo”.

“En una encíclica en 2020, Querida Amazonia, el Papa nos habla de un sueño social”, refiriéndose a éste como “lograr hacer crecer nuestra capacidad de fraternidad humana”. Sobre este aspecto, lamentó que hoy día “está más de moda el escrache al otro que la corrección fraterna y así se va a los codazos pisando cabezas”.

“Este sueño cultural significa que no estoy solo, que hay otros y esos otros debemos custodiar y cuidar, no controlar y manipular. Dar a cada uno lo suyo, lo que le corresponde, su derecho. Porque para que haya justicia tiene que haber alteridad”, continuó reflexionando monseñor Azpiroz.

“Decir que san José era un hombre justo es la expresión más parecida a la santidad. Dios solo es justo, Dios solo es bueno. Significa ajustar la vida a la justicia divina”, añadió, advirtiendo que “aquel que solo se da cuenta de las propias cosas no solo ha perdido la capacidad de ser justo con los demás, sino la propia salud del alma”.

“Somos miembros de un pueblo implicado por el amor de Dios: el Señor y el papa nos invitan a abrir los horizontes más allá de los conflictos. La convivencia sí produce crisis, pero las crisis son oportunidades. Los sueños de Dios para cada uno de nosotros tienen un nombre y es la vocación”, concluyó.

Por último, monseñor Azpiroz Costa volvió a destacar: “Celebramos hoy al padre amado, al padre en la ternura, en la obediencia, en la acogida, en la valentía. El padre trabajador, el padre en las sombras, aquel que más nos hace ver Dios que es cercanía, misericordia y ternura”.+