Jueves 18 de abril de 2024

Miles de tucumanos marcharon y dieron un sí rotundo a la vida

  • 26 de marzo, 2017
  • San Miguel de Tucumán (AICA)
Miles de tucumanos se concentraron el sábado en la plaza Urquiza para marchar, bajo la lluvia, hacia la plaza Independencia por la celebración del Día del Niño por Nacer y en repudio a la reciente escenificación "burda, insolente e irrespetuosa" de la Virgen María abortando a su Hijo Jesús en las puertas de la catedral. "El mensaje que se vio esta noche no puede ser otro que un sí muy rotundo a la vida", destacó el arzobispo de Tucumán, monseñor Zecca, al presidir la misa, y sostuvo: "Un pequeño grupo que no representa a nadie ha cometido un sacrilegio gravísimo".
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Miles de tucumanos se concentraron el sábado en la plaza Urquiza para marchar, bajo la lluvia, hacia la plaza Independencia por la celebración del Día del Niño por Nacer, que se festeja el 25 de marzo en coincidencia con la solemnidad de la Anunciación del Señor.

Jóvenes, madres, embarazadas, familias, sacerdotes y representantes de movimientos laicales caminaron entre cánticos, oraciones y carteles en defensa de la vida y en repudio ante la reciente escenificación "burda, insolente e irrespetuosa" de la Virgen María abortando a su Hijo Jesús en las puertas de la catedral.

"En el Día del Niño por Nacer caminamos con María Virgen, custodia de la vida y la familia" y "Peregrinando con María", fueron las consignas centrales de la convocatoria.

La marcha "Caminando con María", declarada de interés provincial por la Legislatura de Tucumán.

En el atrio de la catedral Nuestra Señora de la Encarnación, se realizó un acto de desagravió y el arzobispo de Tucumán, monseñor Alfredo Zecca, presidió la misa en la que se renovó la consagración a la Santísima Virgen.

"El mensaje que se vio esta noche no puede ser otro que un sí muy rotundo a la vida", destacó.

El prelado invitó a los creyentes, pero también a los miembros de otras confesiones religiosas y a los ciudadanos, a "defender este derecho a la vida descubriendo que cuando este valor sagrado de la vida humana, desde su inicio hasta su término, no es respetado como bien primario e innegociable resulta imposible la convivencia humana y la misma comunidad política".

"Hemos caminado junto a María, nuestra Madre. Pidámosle a ella que nos ayude a comprender que el aborto será siempre un crimen abominable", exhortó, y agregó: "No hay causa alguna que lo justifique. Que ella nos enseñe a respetarnos mutuamente para construir juntos una sociedad que, por la vinculación de sus miembros y el respeto por sus legítimas diversidades, se consolide en una amistad social que garantice la paz fundada en la justicia".

"Queremos pedirle a la Virgen que bendiga a nuestras familias y a nuestro pueblo. Y renovar nuestro pacto de fidelidad a ella consagrándonos nuevamente a su maternal protección, que nos da la seguridad de un refugio para nuestras penas y de un corazón abierto para compartir nuestras alegrías", pidió.

El arzobispo expresó su repudió al acto sacrílego contra la Virgen que se perpetró el 8 de marzo durante un manifestación por el Día Internacional de la Mujer.

"La burda y sacrílega representación de la Virgen abortando en las mismas puertas de la catedral por parte de un pequeño grupo que, ciertamente, no representaba a la mayoría que marchaba por la afirmación de derechos y valores, sin duda legítimos, ha sido una gravísima ofensa a la Virgen Santísima, en primer lugar, pero también a la fe, a la Iglesia y al mismo pueblo tucumano que reconoce mayoritariamente en María a su madre", aseveró.

"De este hecho deben hacerse responsables quienes lo promovieron. Los fieles cristianos tenemos todo el derecho de exigir una reparación. Pero esta legítima exigencia no debe ser un sentimiento de rencor o violencia, sino, por el contrario, la expresión de un amor que no discrimina a nadie sino que se abre generosamente a todos", recordó.+

» Texto completo de la homilía

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