Jueves 21 de noviembre de 2024

Mensaje del Papa para la Jornada Mundial de las Misiones 2021

  • 29 de enero, 2021
  • Ciudad del Vaticano (AICA)
"No podemos dejar de hablar de lo que hemos visto y oído", titula el Papa su mensaje hecho público hoy para la 25ª Jornada Mundial de las Misiones que se celebrará el 24 de octubre.
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La Oficina de Prensa de la Santa Sede hizo público hoy, viernes 29 de enero, el Mensaje del papa Francisco para la 25ª Jornada Mundial de las Misiones, que se celebra cada año el tercer domingo de octubre. El lema propuesto por el pontífice para la Jornada 2021 es la cita de los Hechos de los Apóstoles 4,20: «No podemos dejar de hablar de lo que hemos visto y oído».

“Nuestra vida de fe se debilita, pierde profecía y capacidad de asombro y gratitud en el aislamiento personal o encerrándose en pequeños grupos; por su propia dinámica exige una creciente apertura capaz de llegar y abrazar a todos. Los primeros cristianos, lejos de ser seducidos para recluirse en una élite, fueron atraídos por el Señor y por la vida nueva que ofrecía para ir entre las gentes y testimoniar lo que habían visto y oído: el Reino de Dios está cerca”, escribió el Papa.

Gracias a la experiencia adquirida junto al Señor, señala el texto, los apóstoles vieron a Jesús "curar a los enfermos, comer con los pecadores, alimentar a los hambrientos, acercarse a los excluidos, tocar a los impuros, identificarse con los necesitados, invitar a las bienaventuranzas, enseñar de manera nueva y llena de autoridad". Esta cercanía dejó una huella imborrable "capaz de suscitar asombro y una alegría expansiva y gratuita que no se puede contener".

El ejemplo de los primeros cristianos
Francisco recuerda los tiempos difíciles de los primeros cristianos: “Comenzaron su vida de fe en un ambiente hostil y arduo. Las historias de marginación y encarcelamiento se entrelazaban con resistencias internas y externas, que parecían contradecir e incluso negar lo que habían visto y oído. Pero esto, continúa, más que ser una dificultad o un obstáculo que los hubiera llevado a retraerse o encerrarse en sí mismos, los empujaba a transformar cada inconveniente, contratiempo y dificultad en oportunidades para la misión. Los límites e impedimentos también se convirtieron en un lugar privilegiado para ungir todo y a todos con el Espíritu del Señor. Nada ni nadie puede quedar ajeno al anuncio liberador”.

Vulnerabilidad y fragilidad debido a la pandemia
“Ni siquiera el momento histórico actual es fácil” prosigue el pontífice que, hablando de la pandemia subraya cómo la propagación del virus ha “resaltado y amplificado el dolor, la soledad, la pobreza y las injusticias que ya muchos padecían y desenmascararon nuestras falsas seguridades y las fragmentaciones y polarizaciones que silenciosamente nos desgarran”. 

“Los más frágiles y vulnerables, destaca Francisco, experimentaron aún más su propia vulnerabilidad y fragilidad. Hemos experimentado el desánimo, el desencanto, el cansancio; e incluso la amargura conformista, que quita la esperanza, se apoderó de nuestras miradas”.

Pero precisamente en un momento como este, apunta el Papa, “la misión de la compasión es urgente, capaz de hacer de la distancia necesaria un lugar de encuentro, cuidado y promoción. En el contexto actual, hay una urgente necesidad de misioneros de la esperanza que, ungidos por el Señor, sean capaces de recordar proféticamente que nadie se salva solo”. 

“Hoy Jesús, concluye el Mensaje del Papa, necesita corazones que sean capaces de vivir su vocación como una verdadera historia de amor, que los haga ir a las periferias del mundo y convertirse en mensajeros e instrumentos de compasión. Vivir la misión es aventurarse a cultivar los mismos sentimientos de Cristo Jesús y creer con él que quien está a mi lado es también mi hermano y mi hermana".+

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