Jueves 25 de abril de 2024

"María en la expectación del parto", mensaje del superior mercedario

  • 23 de diciembre, 2019
  • Córdoba (AICA)
Mensaje del superior provincial mercedario, padre fray Ricardo Guzzo O.de M,
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Con profunda alegría celebramos en la Provincia Mercedaria Argentina, a María en la Expectación del parto, celebración que invita a los hijos de María de la Merced a reflexionar sobre la misión y manera de ser y estar en el mundo, expresa el superior provincial mercedario, padre fray Ricardo Guzzo O.de M, en un mensaje enviado “a todos los hermanos y hermanas de la Merced”.



“Celebrar la Expectación del parto de María –expresa el padre Guzzo-, no es una mera contemplación romántica o superficial de un instante de la vida de María, sino una manera de estar en el mundo y especialmente en el mundo de la cautividad”, aludiendo así a la misión mercedaria de redención de cautivos.



“La expectación del parto –agrega- es una experiencia que no acaba con el nacimiento sino que quedará guardada para siempre en el corazón y en los ojos que contemplaron la llegada de esa vida nueva y volverá a resurgir en cada acontecimiento de gozo, para celebrar su venida al mundo, o de dolor para jugarse la propia vida, por aquel que esperamos un día que llegará a nosotros con tantas ansias e ilusión”.



Texto del mensaje

A todos los hermanos y hermanas de la Merced. Con profunda alegría celebramos en la Provincia Mercedaria Argentina, a María en la Expectación del parto. Esta celebración mariana nos invita a todos los hijos de María de la Merced a detenernos un instante y hacer consciente, una vez más, no solo nuestra misión sino nuestra manera de ser y estar en el mundo.



Hemos sido llamados para ir al encuentro de hermanos heridos por las mezquindades de otros hermanos, también heridos de gravedad; envueltos todos en un sistema perverso, opuesto al Evangelio, que coloca la economía en el centro de la existencia humana, desplazando al hombre a un segundo plano, o descartándolo de la misma humanidad. Construimos así un mundo deshumano, plagado de injusticias y desigualdades, de ignorancia e ideologías, de hambre y violencias de todo tipo. Aunque hoy despunta nueva esperanza en la Argentina, nuestra tarea será volver a colocar siempre, en el centro de la vida, al hombre y entre ellos, especialmente, a los descartados del sistema.



Sin embargo no podremos cumplir nuestra misión, sin antes haber creído y experimentado, casi diría en el propio cuerpo, que el proyecto de Dios, su reino, se está gestando entre nosotros, donde “el Amor y la Verdad se encontrarán, la Justicia y la Paz se abrazarán… el mismo Señor nos dará sus bienes y nuestra tierra producirá sus frutos…” (Sal 85).



Solo exultantes de alegría y expectantes por la venida de este reino, del cielo nuevo y tierra nueva que anhelamos ardientemente, nos deja en condiciones de ir al encuentro del hermano cautivo, para encender la llama de su esperanza… sólo así podremos enfrentar la crudeza del opresor y proponer otros caminos de libertad.



Celebrar la Expectación del parto de María, no es una mera contemplación romántica o superficial de un instante de la vida de María. Sino una manera de estar en el mundo y especialmente en el mundo de la cautividad.



La expectación del parto es una experiencia que no acaba con el nacimiento, esta quedará guardada para siempre en el corazón y en los ojos que contemplaron la llegada de esa vida nueva y volverá a resurgir en cada acontecimiento de gozo, para celebrar su venida al mundo, o de dolor para jugarse la propia vida, por aquel que esperamos un día que llegará a nosotros con tantas ansias y tanta ilusión.



Sea donde sea que vivan su servicio, en el campo o en la ciudad, en iglesias, parroquias o colegios, en proyectos sociales o en el proyecto propio de sus vidas, aprovecho para agradecer a cada consagrado y consagrada, a cada laico o laica que lleva en su corazón los cautivos de nuestro tiempo con rostros concretos, por ponerlos en el centro de la vida y vivir en clave de “Expectación” las duras realidades que asumen todos los días.



“Que María nos lleve con alegría hacia el final del parto y el comienzo de una nueva etapa. Allí el Señor nos iluminará y nos indicará el camino para ser con Nolasco hermanos, peregrinos, testigos del Redentor.




La familia mercedaria

La Orden de la Merced, una de las cinco órdenes religiosas consideradas históricas en la Argentina, abarca la rama de los religiosos varones y la rama femenina de la Hermanas Terciarias Mercedarias del Niño Jesús, fundadas por el venerable padre Fray José León Torres.



Los padres mercedarios tienen 16 casas o comunidades en la ciudad de Buenos Aires y en las provincias de Córdoba, Buenos Aires, La Rioja, Mendoza, Tucumán y Santiago del Estero. Las hermanas mercedarias cuentan con 22 casas o comunidades, en la ciudad de Buenos Aires, y en las provincias de Córdoba, Buenos Aires, Entre Ríos, Santa Fe, Mendoza y Río Negro.+