Viernes 26 de abril de 2024

Los sacerdotes renovaron su fidelidad y entrega en las misas crismales

  • 17 de abril, 2014
  • Buenos Aires (AICA)
Los obispos argentinos presidieron en estos días la misa crismal, que congrega a los presbíteros y diáconos para renovar las promesas realizadas al recibir la ordenación. En esta Eucaristía, los obispos bendijeron los óleos y consagraronn el santo crisma con los que se imparten los sacramentos del bautismo, la confirmación, la unción de los enfermos y el orden sagrado. Los prelados nacionales invitaron, en sus homilías, a renovar el compromiso y la entrega al ministerio para el que el Señor los llamó.
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Los obispos argentinos presidieron en estos días la misa crismal, que congrega a los presbíteros y diáconos para renovar las promesas realizadas al recibir la ordenación. En esta Eucaristía, los obispos dendijeron los óleos y consagraron el santo crisma con los que se imparten los sacramentos del bautismo, la confirmación, la unción de los enfermos y el orden sagrado. Los prelados nacionales invitaron, en sus homilías, a renovar el compromiso y la entrega al ministerio para el que el Señor los llamó.

En Buenos Aires
Caridad pastoral. El arzobispo de Buenos Aires y primado de la Argentina cardenal Mario Poli, aseguró que "nuestra espiritualidad sacerdotal tiene su primera fuente en la ministerialidad, es decir, en el fiel y generoso ejercicio de este oficio de amor que se nos ha confiado, donde la caridad pastoral debe predominar a cualquier otra opción".

"Que el ministerio sacramental que nos identifica nos encuentre siempre con las manos libres y dispuestas a ungir con los óleos de la salvación", pidió durante la misa crismal en la catedral metropolitana.

El purpurado porteño recordó que "el Papa Francisco, hace un año, nos instaba para que nos aventuremos ´en ese mar del mundo actual donde solo vale la unción ?y no la función?´. Es cierto, no somos funcionarios que damos pases para el cielo, sino ungidos para dar a conocer las misericordias de Dios, que quiere que todos los hombres se salven y lleguen al conocimiento de la verdad". Texto completo de la homilía

En Santa Fe de la Vera Cruz
Dedicación, cooperación y formación. El arzobispo José María Arancedo invitó a los sacerdotes a ser agradecidos y dedicados a los laicos, religiosos, consagrados y diáconos, quienes "necesitan de nuestra palabra" y acompañan con su presencia, oración y compromiso.

El prelado les pidió formar con los laicos comunidades cordiales, celebrativas y misioneras: "La presencia y fuerza de la Iglesia va a depender de la vitalidad de nuestras comunidades. El evangelio necesita ciertamente del testimonio personal, pero también del testimonio de comunidades viva renovadas en el Espíritu del Señor".

"Vivimos en una cultura individualista que nos aísla y nos puede hacer perder el entusiasmo misionero -observó-. La fe como disponibilidad eclesial se ha debilitado, ello puede encerrarnos en el pequeño mundo de nuestros intereses. No es lo propio del Pastor. La fe de un pastor necesita de un espíritu de austeridad y entrega que nos preserva de frágiles seguridades".

Finalmente, monseñor Arancedo instó a sus sacerdotes a realizar un habitual examen de conciencia, acudir al sacramento de la reconciliación y continuar la dirección espiritual. "Destaco la importancia de la formación Permanente y valoro el deseo de varios sacerdotes de realizar los ejercicios espirituales de mes. Esto, que nos enriquece personalmente, eleva también la vida de nuestro presbiterio", expresó. Texto completo de la homilía

En Tucumán
Grandeza y pequeñez. El arzobispo de Tucumán monseñor Alfredo Zecca, recordó que los sacerdotes son "instrumentos libres del Señor, instrumentos de la potestad salvífica que pertenece, en principio, sólo a Cristo". Afirmó que ser instrumentos de Cristo "nos hace conscientes de nuestra grandeza y de nuestra limitada pequeñez", e invitó a rogar a Dios Padre para que renueve en los corazones la unción del Espíritu que recibieron por Cristo el día de la ordenación.

"Le pedimos también que nos conceda tratarnos entre nosotros en todo momento como ungidos, trabajando juntos en el servicio de nuestro pueblo fiel. Queremos también ungir a nuestro pueblo en la fe bautismal, esa fe que lo hace pueblo de reyes, asamblea santa, pueblo sacerdotal, pueblo de Dios que bendice a su Señor. Le pedimos, finalmente, que nuestras manos ungidas con el crisma, sean manos cercanas a nuestros fieles; que nos conceda, unidos de corazón en la oración y la acción apostólicas, vivir fraternalmente nuestra comunión presbiteral y que esa unidad se traduzca en paternidad, en una paternidad de ungidos, en una paternidad verdadera-mente sacerdotal", manifestó el prelado. Texto completo de la homilía

En La Plata
A la luz de Evangelii Gaudium. El arzobispo platense monseñor Héctor Aguer, presidió la misa crismal en compañía de sus obispos auxiliares, monseñor Alberto Bochatey OSA, y monseñor Nicolás Baisi, y los presbíteros de la arquidiócesis. Monseñor Aguer dedicó su homilía a presentar el ministerio a la luz de la reciente exhortación apostólica del Santo Padre.

"La exhortación de Francisco está destinada a entusiasmarnos más en la realización del propósito que nos anima desde hace tiempo, a saber: la expansión de la arquidiócesis para extender y multiplicar la presencia de la Iglesia ?y a través de ella la presencia salvífica, transformante, del Señor? en lugares a los que todavía no llegábamos, en especial aquellos que hoy resultan nuevos centros de población", manifestó el arzobispo.

El prelado invitó a los sacerdotes a continuar la tarea pastoral concreta en las periferias geográficas de la jurisdicción eclesiástica, especialmente mediante la construcción de capillas, centros integrales de atención y de alivio de las necesidades familiares y sociales, donde la Iglesia llegue "con delicadeza y afecto para ofrecer la consolación de la fe y la cercanía del Señor, que da la paz".

Monseñor Aguer también habló de las "periferias culturales", en especial "aquellas que paradójicamente pueden identificarse en el ámbito urbano, en sectores donde la cultura secular se ha alejado tanto del humanismo cristiano y de una concepción de la vida conforme al orden natural".

El arzobispo advirtió que sectores de la clase media y alta "están absorbiendo a una multitud de bautizados con modos de pensar y de actuar como si Dios no existiera", de lo que resulta "una profunda deshumanización", y pidió atender esta realidad social desde la vivencia del ministerio y la evangelización de estos sectores que muchas veces no recibieron "una catequesis programática". Texto completo de la homilía

En Salta
Misericordia y entrega. El arzobispo de Salta monseñor Mario Cargnello, llamó a los sacerdotes a preguntarse: "¿Qué significa ser hijos en el Hijo, que nos exige?", y subrayó: "Estamos llamados a ser testigos. El sacerdote debe sostener la comunión de la Iglesia. Debemos reconocer el derecho de los laicos e integrar las diferencias; nosotros no somos el centro, no somos dueños, solo ayudamos".

El arzobispo también pidió a los sacerdotes "ser hombres de misericordia, ya que es la más grande las virtudes", y convocó a "crecer cada día en la capacidad de entregarnos".

"Es verdad que las exigencias diarias nos llevan a problemas o a resolver conflictos que nos tocan o no -advirtió-; por eso, pidamos la gracia de que no se nos seque en el corazón la capacidad de entrega, en especial ante la necesidad de los pobres".

En Paraná
Reflexionar sobre el ministerio. El arzobispo de Paraná monseñor Juan Alberto Puiggari, presidió la concelebración eucarística crismal en la catedral local junto con los arzobispos eméritos, cardenal Estanislao Esteban Karlic y monseñor Mario Maulión, y los presbíteros y diáconos.

El arzobispo indicó que en esta cultura inmanentista, secularizada y agnóstica, los sacerdotes deben animarse a examinar si están conduciendo al pueblo fiel hacia el amor de Dios. "En este contexto histórico -dijo-, el sacerdote debe vivir la esperanza teologal intensamente, debe ser hombre de Dios, hombre de esperanza, para comunicarla a los demás. Debe esperar por sí y por los otros".

"Nuestra esperanza es siempre y esencialmente también esperanza para los otros; sólo así es realmente esperanza también para mí. Nadie se salva sólo... El sacerdote debe marchar seguro y alegre, con el pueblo confiado, hacia el encuentro con Dios, con la certeza de que Él ha salido primero a su encuentro", afirmó ante el presbiterio diocesano. Texto completo del la homilía

En San Rafael
Entusiasmo evangelizador. El obispo de San Rafael monseñor Eduardo María Taussig, recordó que el papa Francisco hace un llamado elocuente a "salir de la propia comodidad y atreverse a llegar a todas las periferias que necesitan la luz del Evangelio" y ofrecer la vida de Jesucristo.

Acerca de cómo abordar este desafío, el prelado invitó a ser "evangelizadores con Espíritu", siendo conscientes del amor de Jesucristo, la experiencia de ser salvados por Él; reconocer que lo mismo necesitan los demás, y buscar lo que Él busca para todos.

"¿Tenemos esta convicción? ¿La tenemos bien arraigada en nuestra conciencia? ¿Valoramos el tesoro que hemos recibido y que podemos llevar a los demás? ¡Les dejo estas preguntas para su diálogo con el Señor!", expresó el obispo. Texto completo de la homilía

En Mar del Plata
¡Salgamos!. En la misa crismal, el obispo de Mar del Plata monseñor Antonio Marino, agradeció y felicitó a los sacerdotes diocesanos, que con su trabajo diario sobrellevan con gran esfuerzo dificultades "con callado heroísmo" y atienden las necesidades espirituales de la comunidad.

"Como obispo quiero tener una palabra de reconocimiento y de aliento hacia ustedes -dijo el prelado-. Valoro el trabajo que realizan en sus parroquias, en soledad, en la mayoría de los casos, por el Reino de Cristo en el corazón de nuestros hermanos. En la pastoral ordinaria, atendiendo a los que acuden y brindando la riqueza recibida. Dedicando tiempo a las necesidades de los demás, atendiendo problemas de muy diversa índole, unas veces prácticos o económicos, otras veces dramáticos y existenciales. También organizando la misión y saliendo a buscar a la oveja perdida".

Monseñor Marino admitió que las necesidades materiales y de orden espiritual en la diócesis "son muchas", mientras que la cantidad de sacerdotes es poca, al igual que los seminaristas. "Todo esto nos pone a prueba y nos obliga a madurar en nuestra fe", reconoció. También recordó que los sacerdotes religiosos, aunque no incardinados, pertenecen a la vida diocesana. El prelado terminó repitiendo una consigna: "Salgamos, salgamos a ofrecer a todos la vida de Jesucristo". Texto completo de la homilía

En Gualeguaychú
Comunidad, amor a los pobres y adoración. El obispo de Gualeguaychú monseñor Jorge Lozano, recordó a los presbíteros y diáconos que la credibilidad de la misión que desarrollan está unida a tres elementos: la comunión, la adoración y los pobres.

"La comunidad y la fraternidad son un signo de la presencia viva de Jesús. Una comunidad que no se ama, aunque todos sean prolijamente buenas personas, es un grupo de buenos paganos, pero no una comunidad cristiana. No nos distinguen los buenos modales sino los gestos de escucha, perdón, servicio", observó.

"La adoración expresa nuestro vínculo fuerte con Dios -indicó-. Sin la gracia no somos nada. Sin la oración, sin la eucaristía y los sacramentos, la fe es raquítica y la misión cuanto mucho es propaganda de alguien extraño a quien no estamos dispuestos a escuchar y menos a seguir. Una comunidad que no misiona tampoco reza bien ni adora para cumplir la voluntad del Padre".

El amor a los pobres, en tanto, es signo de credibilidad ya que en ellos quiso quedarse el Señor para ser servido y buscado, expresó el obispo. "Francisco nos llama a tocar la carne de Cristo sufriente en el pueblo", agregó. Texto completo de la homilía

En Goya
Apacentar el rebaño. Monseñor Ricardo Faifer, obispo de Goya, comenzó su homilía expresando su "afectuoso saludo a todos los sacerdotes que creen en Cristo y que mediante la Palabra de Dios y los sacramentos del bautismo, la confirmación y la Eucaristía han renacido en Cristo y constituyen el pueblo santo de Dios".

El prelado enfocó su mensaje a los clérigos recordando que "el sacerdote, el obispo y el diácono deben apacentar el rebaño del Señor con amor, y si no lo hace con amor, no sirve". Luego agregó: "Los que son ordenados son colocados a la cabeza de la comunidad para que con la autoridad de Cristo y como Cristo, sirvan al Pueblo de Dios".

Monseñor Faifer alentó a que los sacerdotes reaviven "la unción del Espíritu Santo recibida en la ordenación de un modo práctico y concreto con la oración, con la escucha de la Palabra de Dios, con la celebración diaria de la Eucaristía y también con un aprecio por confesarse habitualmente; con la salida misionera, con la misericordia que carga sobre los hombros y el corazón el peso y el rostro de nuestro pueblo fiel y pecador, frágil y sufriente".

En Quilmes
Volver al llamado del Señor. El obispo de Quilmes monseñor Carlos José Tissera, reconoció que en esta fecha suele recordarse el día de la ordenación y los tiempos de los primeros ministerios. "Volver sobre la historia de nuestra vocación -observó- es muy lindo y provechoso recordar todo eso. Pero lo más importante es regresar al momento en el que el mismo Señor decidió nuestro llamado y que es anterior, incluso, al momento en que lo hemos percibido".

El prelado invitó a los consagrados a poner la mirada en la elección, de modo que prevalezca la gracia, el don y la generosidad de Dios que llama a quien quiere: "Reposar en ese primer amor llega plenamente cuando se sabe, y se siente, que ese amor es voluntad de Dios, y que Dios jamás revoca su elección. A la voluntad le inquieta el para siempre de nuestro compromiso. En cambio, nuestro espíritu encuentra su reposo, su seguridad y su paz, cuando sabe ?¡y cuando experimenta!? que el amor de Dios es eterno y que con ese amor hemos sido llamados. Aquí está la fuente de la alegría del discípulo misionero de Jesús". Texto completo de la homilía

En Puerto Iguazú
Santos y amigos de Jesús. El obispo de Puerto Iguazú monseñor Marcelo Raúl Martorell, presidió la misa crismal en compañía de los sacerdotes que ejercen su ministerio en el extremo norte de la provincia de Misiones, con quienes reflexionó sobre el misterio de la Pascua. Monseñor Martorell explicó que los sacerdotes son "guardianes de los santos óleos y sus dispensadores, llamados a la santidad de vida a pesar de nuestra fragilidad humana", y en este sentido, los invitó a ser santos y amigos de Jesús, que frecuenten la oración y la Eucaristía. Texto completo de la homilía

En San Roque de Presidencia Roque Sáenz Peña
Homenaje a Mons. Di Stéfano. El obispo de San Roque de Presidencia Roque Sáenz Peña monseñor Hugo Barbaro, destacó que los sacerdotes deben dar testimonio del amor de Cristo y se detuvo en aspectos de la fidelidad sacerdotal, invitando a los fieles a agradecer la entrega y la fidelidad de los sacerdotes y en la necesidad de que recemos por ellos para que todos estén a la altura de lo que Nuestro Señor espera de cada uno.

El obispo recordó que este 19 de abril se cumplien 50 años de la consagración episcopal del primer obispo de esta diócesis, monseñor Ítalo Severino Di Stéfano. "Le tocó una tarea compleja -observó-, poner en marcha una diócesis bien extensa, cuando faltaba entonces de todo".

Monseñor Barbaro recordó varios encuentros que tuvo con monseñor Di Stefano: "Lo vi entonces activo, con proyectos e ideas en la cabeza, atento y preocupado por las personas, paciente, interesado por todas las cosas de la Iglesia. Me dio la impresión de estar delante de un hombre con un gran corazón sacerdotal, muy cercano a Dios, que miraba las cosas desde Dios, para bien de la Iglesia".

Asimismo, pidió que el recordardo prelado "nos consiga de Dios la gracia de una mayor fidelidad, de la santidad, para los sacerdotes, los religiosos y religiosas, los laicos; que tengamos más empuje apostólico, misionero; que seamos generosos y nos demos por completo para llevar a Cristo a todos, en especial a las periferias de esta extensa diócesis con tantas necesidades".

En Orán
Renovar la respuesta de amor. El obispo de Orán monseñor Gustavo Zanchetta invitó a los sacerdotes de la diócesis de Orán a renovar delante del pueblo las promesas de la ordenación y recuperar en la memoria las oraciones que el obispo consagrante pronunció durante el rito: "Jesucristo, el Señor, a quien el Padre ungió con la fuerza del Espíritu Santo, te proteja para santificar al pueblo cristiano y para ofrecer a Dios el sacrificio", y "Recibe la ofrenda del pueblo santo para presentarla a Dios. Considera lo que realizas e imita lo que conmemoras, y conforma tu vida con el misterio de la cruz del Señor".

"Por tanto bien recibido, hermanos, ¡demos gracias! Por las veces que hemos faltado a nuestros santos deberes, ¡pidamos humildemente perdón!", dijo el prelado, quien los animó a seguir caminando con humildad y ofreciendo siempre la caridad del Buen Pastor. Texto completo de la homilía

En Zárate-Campana
Entrega al Señor. El obispo de Zárate-Campana monseñor Oscar Sarlinga saludó al presbiterio y afirmó que Jesús ganó con su sangre, como el siervo doliente, la redención para los hombres. Invitó a los sacerdotes y diáconos a preguntarse: "¿Quién es este a quien le hemos entregado nuestra vida?".

"Jesús -dijo- el que tiene en sus manos el destino de los pueblos. Le hemos entregado nuestra vida porque creemos que Jesús es la epifanía del Padre, hermano mayor entre hermanos, junto con el Padre, dador del Espíritu, hijo de María Virgen, madre de la Iglesia, el Señor a quien le hemos dado nuestra existencia y nuestro caminar, a quien le hemos dado la llama votiva de nuestra fe".+