León XIV: 'No hay grito que Dios no escuche'
- 11 de junio, 2025
- Ciudad del Vaticano (AICA)
En su catequesis semanal el Santo Padre reflexionó sobre el relato evangélico de la curación del hombre ciego que gritó a Jesús y comenzó a seguirlo después de recuperar la vista.

El papa León XIV afirmó hoy, durante la audiencia general semanal, que "no hay grito que Dios no escuche", destacando la importancia de la oración y el cambio interior para superar los problemas de la vida.
El Santo Padre dedicó su catequesis semanal a reflexionar sobre el relato evangélico de la curación de Bartimeo, el hombre ciego que gritó a Jesús mientras pasaba por la ciudad de Jericó camino de Jerusalén.
El lugar de encuentro, dijo el Papa, fue significativo, ya que Jesús iniciaba su viaje bajo el nivel del mar y ascendía a la Ciudad Santa. El viaje de Jesús prefigura su paso al inframundo, adonde fue después de su muerte "para rescatar a ese Adán que cayó al fondo y que nos representa a cada uno de nosotros".
El nombre del ciego, Bartimeo, es igualmente significativo, pues representa a alguien que no ha estado a la altura de su vocación. El Papa señaló que el nombre puede interpretarse como "hijo de honor o admiración", mientras que el ciego se ha visto obligado a mendigar en la calle.
El Papa León destacó que Bartimeo sabe gritar pidiendo ayuda, incluso cuando la multitud lo reprocha; y, aunque es ciego, "ve mejor que los demás porque reconoce quién es Jesús".
Jesús responde a su grito porque, como nos recuerda el Papa, "no hay grito que Dios no escuche, incluso cuando no nos damos cuenta de que nos dirigimos a Él".
"Parece extraño -explicó el pontífice- que, ante un ciego, Jesús no salga inmediatamente a su encuentro; pero, pensándolo bien, es la manera de revitalizar la vida de Bartimeo: lo anima a levantarse, confiando en su capacidad de caminar", dijo.
León XIV explicó a los miles de peregrinos reunidos en la plaza de San Pedro, para la audiencia general, que este episodio muestra un "aspecto esencial de la vida de Jesús", sus curaciones.
Los invito a poner ante el Corazón de Cristo sus zonas más dolorosas o frágiles, aquellos lugares de su vida donde se sienten atrapados y bloqueados. Pidamos al Señor con confianza que escuche nuestro clamor y nos sane, exhortó.
El pontífice recordó que Bartimeo era un mendigo ciego que Jesús encontró en Jericó y que gritó pidiéndole que lo curara.
Lo que salva a Bartimeo, y a cada uno de nosotros, es la fe. Jesús nos sana para que seamos libres. No invita a Bartimeo a seguirlo, sino que le dice que se vaya, que retome el camino. Sin embargo, Marcos concluye la historia relatando que Bartimeo comenzó a seguir a Jesús: ¡eligió libremente seguir a Aquel que es el Camino!
En su reflexión, el Papa destacó que, a diferencia de la gente que caminaba detrás de Jesús, Bartimeo estaba quieto, "sentado al lado del camino".
"¿Qué podemos hacer cuando nos encontramos en una situación que parece no tener salida?" -se preguntó León XIV- y dijo: "Bartimeo nos enseña a apelar a los recursos que llevamos dentro y que son parte de nosotros. Si de verdad quieres algo, haces todo lo posible por conseguirlo, incluso cuando otros te regañan, te humillan y te dicen que te rindas. Si de verdad lo quieres, sigue gritando".
Bartimeo, por su parte, debe "despojarse de su manto", renunciando a su seguridad para dejarse curar.
"Muchas veces, son precisamente nuestras seguridades las que nos impiden el camino", dijo el papa León. Como el ciego, debemos presentarnos ante Cristo con todas nuestras vulnerabilidades expuestas; "este es un paso fundamental en cualquier camino de sanación".
Y agregó: "Jesús permite a cada persona redescubrir su dignidad", destacando que muchas personas "están bloqueadas porque la vida las humilló y sólo quieren redescubrir su propio valor".
"Queridos hermanos y hermanas, pongamos con confianza ante Jesús nuestras enfermedades y las de nuestros seres queridos, llevemos el dolor de quien se siente perdido y sin salida", pidió.
Pidamos al Señor con fe que nos sane de nuestras enfermedades. ¡Que Dios los bendiga!, dijo.
Al final del encuentro, León XIV señaló la celebración de la solemnidad de la Santísima Trinidad, el próximo domingo: "Deseo que la contemplación del misterio trinitario nos introduzca cada vez más en el amor divino, para cumplir la voluntad del Señor en todas las circunstancias", concluyó.+