Domingo 24 de noviembre de 2024

La Santa Sede y la República de Santo Tomé y Príncipe ratificaron el acuerdo que los une

  • 31 de enero, 2024
  • Ciudad del Vaticano (AICA)
El tratado consolida los lazos de amistad y cooperación existentes entre ambas partes, salvaguardando su independencia y autonomía, en busca del bienestar de las personas y del bien común.
Doná a AICA.org

En un comunicado de prensa que se publicó el martes 30 de enero, se informó que el acuerdo entre la Santa Sede y la República Democrática de Santo Tomé y Príncipe (ubicada en el continente africano) -redactado en italiano y portugués y compuesto por 28 artículos- entró en vigor con el intercambio de los instrumentos de ratificación, estableciendo el reconocimiento de la personalidad jurídica de la Iglesia Católica y de las instituciones eclesiásticas y definiendo el marco jurídico de las relaciones entre la Iglesia y el Estado en ese país insular. 

En el intercambio de los instrumentos de ratificación del acuerdo, realizado en el Palacio Apostólico del Vaticano, participaron monseñor Richard Gallagher, secretario para las Relaciones con los Estados y las organizaciones internacionales, y Gareth Haddad do Espírito Santo Guadalupe, ministro de Asuntos Exteriores, de la Cooperación y de las Comunidades de Santo Tomé y Principe.

Asimismo, los testigos de ese acto solemne fueron, por parte de la Santa Sede, monseñor Simón Kassas y monseñor Carlos Fernando Díaz Paniagua, ambos funcionarios de la sección para las Relaciones con los Estados y las organizaciones internacionales de la Secretaría de Estado; mientras que, por parte de la República de Santo Tomé y Príncipe, testificó la embajadora Esterline Gonçalves Genero, ministra plenipotenciaria y directora general de Política Exterior del Ministerio de Asuntos Exteriores.

Dentro del marco jurídico de las relaciones entre la Iglesia y el Estado, el acuerdo permite consolidar aún más los lazos de amistad y cooperación existentes entre ambas partes, salvaguardando su independencia y autonomía. Además, las partes se comprometen a trabajar juntas por el bienestar espiritual y material de la persona humana, así como por la promoción del bien común.+