Jueves 21 de noviembre de 2024

La Santa Sede pide "prevención, protección, persecución" en la lucha contra la trata

  • 31 de agosto, 2020
  • Viena (Naciones Unidas)
El observador de la Santa Sede ante las Naciones Unidas abogó por el fortalecimiento de la asociación y cooperación entre los Estados contra la trata
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Fortalecimiento de la asociación y cooperación entre los Estados, es una de las "armas" más efectivas para combatir la trata de seres humanos, afirmó monseñor Janusz Urbanczyk, observador permanente de la Santa Sede ante la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE), en su exposición ante el Consejo Permanente de la OSCE, celebrada en Viena del 30 de julio al 31 de agosto. 

Un tema particularmente importante para la Santa Sede, dijo monseñor Urbanczyk, destacando cómo las víctimas de la trata están "entre las personas más deshumanizadas y descartadas del mundo de hoy, en todos los rincones de la tierra". El tráfico de seres humanos "es una plaga terrible, una plaga aberrante, una herida abierta en el cuerpo de la sociedad contemporánea", prosiguió el observador permanente, haciéndose eco de las palabras pronunciadas a menudo por el papa Francisco.

Además, existe una "ignorancia generalizada" sobre la naturaleza del problema que se percibe como "espinoso y vergonzoso". Y, sin embargo -recordó monseñor Urbanczyk-, "en el mundo hay más de 40 millones de víctimas de la trata o explotación, de las cuales una cuarta parte, 10 millones, son menores de 18 años, mientras que un niño de cada veinte víctimas de explotación sexual en el mundo tiene menos de ocho años".

Los efectos de la pandemia
No solo eso: la pandemia de Covid-19 "cambió los patrones habituales de tráfico y explotación", intensificando el uso de la comunicación y la manipulación en línea, y "también exacerbó y puso de relieve las desigualdades económicas y sociales sistémicas y profundamente arraigadas que se encuentran entre las causas de la trata de personas". 

¿Qué hacer entonces? El representante de la Santa Sede recordó que "la lucha contra la trata a menudo se describe en forma de tres P: prevención, protección y persecución". Sin embargo, también hay una cuarta P, que es la asociación, "que no es menos importante y debe fortalecerse", enfatizó monseñor Urbanczyk, porque "la falta de cooperación entre los diversos actores estatales a menudo hace que las políticas y programas animados por buenas intenciones sean ineficaces".

De ahí la esperanza de que los Estados compartan "información relevante sobre la trata de seres humanos" y desarrollen "respuestas comunes". 

"Es necesaria una mayor cooperación -reiteró el observador permanente- así como la prestación de asistencia a los países a lo largo de las rutas de la trata de seres humanos". 

"Para ser eficaz, la cooperación y la coordinación -concluyó el prelado- también debe involucrar a la sociedad civil, las organizaciones religiosas y los líderes religiosos, así como al sector económico y a los medios de comunicación", tal como sucede con el Grupo Santa Marta". 

Establecido en 2014 a instancias del Papa, el Grupo Santa Marta incluye un centenar de delegados de 30 países mundo con el objetivo de combatir "el flagelo social de la trata de personas, vinculado a las nuevas formas de esclavitud". El organismo reúne a obispos, agentes del orden, sacerdotes, religiosos, representantes de organizaciones que luchan contra la trata, especialmente escuchando las voces de las víctimas, describió el representante vaticano.+