Sábado 23 de noviembre de 2024

La Pastoral Social de Córdoba: "Sin diálogo sincero, el fracaso está a la puerta"

  • 16 de noviembre, 2022
  • Córdoba (AICA)
Advirtió sobre el "agobio social" frente a la violencia verbal de la dirigencia y alentó a "no escatimar esfuerzos en promover, sostener y acompañar espacios de diálogo y encuentro social".
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La Pastoral Social de la arquidiócesis de Córdoba advirtió que “la mayoría de los argentinos está cansado de escuchar cómo muchos de nuestros dirigentes se agravian, descalifican, insultan y menosprecian; muchas veces con una falta de consideración alarmante”. 

“Los argentinos estamos sufriendo la inflación, la escandalosa cantidad de hermanos pobres e indigentes, la falta de trabajo, la corrupción, la violencia. Si a esta dura realidad le tenemos que agregar el ‘espectáculo’ lamentable de quienes tienen que dirigir, pero lo hacen a favor de sus propios intereses –y no por el bien común-, el agobio se hace más pesado de sobrellevar”, planteó, y preguntó: “¿Esto nos espera en un año electoral?”

“Causa dolor y profundiza la desesperanza que la violencia verbal y gestual tenga una nueva escalada y que sea provocada por quienes tienen el deber de llevar calma, madurez, y no cansarse nunca de construir el diálogo y la paz social”, subrayó en un comunicado a raíz de los conflictos que afectan al personal de la salud de la provincia de Córdoba.

La Pastoral Social consideró que “para que haya diálogo tiene que haber un encuentro en el cual se respete el punto de vista del otro, para aceptar la posibilidad de encontrar juntos un aporte que ayude a la sociedad. El Estado, la clase política, los sindicatos, los empresarios y los movimientos sociales, los líderes religiosos, los comunicadores, etcétera, tenemos una responsabilidad importante”. 

“Debemos procurar no ser portavoces que amplifiquen o difundan expresiones y gestos violentos y soeces que no ayudan a la convivencia social. Por el contrario, alentamos a no escatimar esfuerzos en promover, sostener y acompañar espacios de diálogo y encuentro social”, abogó.

¿Podremos esperar de todos nuestros dirigentes, particularmente de los políticos, grandeza, serenidad y responsabilidad cívica? Creemos, trabajamos e invitamos a todos a comprometerse con este fin”, concluyó.

Texto del comunicado
“Para quien ama la verdad, la discusión siempre es posible” Pablo VI.

 Sin diálogo sincero, el fracaso está a la puerta 

“La falta de diálogo implica que ninguno, en los distintos sectores, está preocupado por el bien común, sino por la adquisición de los beneficios que otorga el poder o, en el mejor de los casos, por imponer su forma de pensar”. Fratelli Tutti 202 

Uno de los males que aqueja a los argentinos, que parece acentuarse en períodos preelectorales, es la poca capacidad para un diálogo respetuoso que busque la verdad y el bien común antes que una verdad parcial o sectorial. Agradecemos a los dirigentes, referentes y ciudadanos que, con visiones distintas, intereses diversos y miradas opuestas, no dejan de esforzarse por lograr un diálogo fecundo. Cuando prima el deseo de construir, todo diálogo es posible, porque las diferencias no cancelan al interlocutor que piensa distinto. También agradecemos a quienes, sin dejar de lado las discusiones necesarias, se abstienen de caer en la polarización violenta o en la “cultura de la grieta” por la que algunos parecen apostar como estrategia detrás de un rédito personal o sectorial aun a costa de “sacrificar” a la Patria. 

Agobio social
La mayoría de los argentinos está cansada de escuchar cómo muchos de nuestros dirigentes se agravian, descalifican, insultan y menosprecian; muchas veces con una falta de consideración alarmante. Los argentinos estamos sufriendo la inflación, la escandalosa cantidad de hermanos pobres e indigentes, la falta de trabajo, la corrupción, la violencia. Si a esta dura realidad le tenemos que agregar el “espectáculo” lamentable de quienes tienen que dirigir, pero lo hacen a favor de sus propios intereses –y no por el bien común-, el agobio se hace más pesado de sobrellevar. ¿Esto nos espera en un año electoral?

Causa dolor y profundiza la desesperanza que la violencia verbal y gestual tenga una nueva escalada y que sea provocada por quienes tienen el deber de llevar calma, madurez, y no cansarse nunca de construir el diálogo y la paz social.

El camino
Para que haya diálogo tiene que haber un encuentro en el cual se respete el punto de vista del otro, para aceptar la posibilidad de encontrar juntos un aporte que ayude a la sociedad. El Estado, la clase política, los sindicatos, los empresarios y los movimientos sociales, los líderes religiosos, los comunicadores, etcétera, tenemos una responsabilidad importante. Debemos procurar no ser portavoces que amplifiquen o difundan expresiones y gestos violentos y soeces que no ayudan a la convivencia social. Por el contrario, alentamos a no escatimar esfuerzos en promover, sostener y acompañar espacios de diálogo y encuentro social. ¿Podremos esperar de todos nuestros dirigentes, particularmente de los políticos, grandeza, serenidad y responsabilidad cívica? Creemos, trabajamos e invitamos a todos a comprometerse con este fin
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