Jueves 28 de marzo de 2024

La Iglesia de Tucumán recibió una reliquia del beato Fray Mamerto Esquiú

  • 28 de marzo, 2023
  • San Miguel de Tucumán (AICA)
Fue en el marco de la clausura del año jubilar arquidiocesano. Las reliquias del beato fueron presentadas y entronizadas en la catedral de Nuestra Señora de la Encarnación.
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El sábado 25 de marzo, en el marco de la clausura del año jubilar arquidiocesano, en la catedral Nuestra Señora de la Encarnación de Tucumán fueron presentadas y entronizadas unas reliquias del beato Fray Mamerto Esquiú enviadas por la arquidiócesis de Córdoba.

Desde el arzobispado de Tucumán, explicaron que esas reliquias permanecerán en esa catedral, en la que Fray Mamerto Esquiú predicó durante la ceremonia de consagración del templo, el 19 de febrero de 1856. También allí, en 1853, el beato había defendido la tan esperada declaración de la Constitución Nacional en un fervoroso sermón.

“Tener las reliquias del beato Esquiú en nuestra arquidiócesis es un acontecimiento muy especial, un homenaje a la fe del pueblo tucumano por el milagro concedido a una niña de nuestra ciudad, por la entrañable misericordia de Dios, por intercesión del beato”, expresaron desde la comunidad arquidiocesana.

Un poco de historia
Fray Mamerto, que era tan conocido como admirado, supo ser portavoz de un pueblo que quería la paz, convirtiéndose en un ferviente defensor de la Constitución Nacional, con una voz profética propia de los próceres que van tejiendo los caminos de una nación.

Más tarde, el 19 de febrero de 1856, el templo de la Iglesia matriz de Tucumán fue solemnemente inaugurado, terminándose así la obra proyectada por el gobierno provincial a cargo del general Celedonio Gutiérrez (1847). 

Fue en esa ocasión en que el beato Esquiú predicó allí. Tiempo después, el 15 de febrero de 1897, el Papa León XIII crearía la diócesis de Tucumán, y la Iglesia matriz sería elevada al rango de Iglesia catedral. 

Fray Mamerto (1826 -1883) fue beatificado el 4 de septiembre de 2021, luego de reconocerse la curación milagrosa de Emma, la niña tucumana a quien la aquejaba una grave dolencia en el fémur de una de sus piernas.+