Martes 26 de noviembre de 2024

Historias de un exorcista, mano a mano con el diablo

  • 5 de noviembre, 2015
  • La Plata (Buenos Aires) (AICA)
Monseñor Carlos Alberto Mancuso, exorcista arquidiocesano de La Plata, ofreció una charla en la que repasó su experiencia a la hora de "combatir y desenmascarar al enemigo número uno de la humanidad", como definió al diablo.
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Un nutrido auditorio se congregó en el Pasaje Dardo Rocha para oír a monseñor Carlos Alberto Mancuso, exorcista arquidiocesano de La Plata, quien ofreció una charla en la que repasó su experiencia a la hora de "combatir y desenmascarar al enemigo número uno de la humanidad", como definió al diablo.

En el marco de la XVII Exposición del Libro Católico, el autor de Mano a mano con el diablo: crónicas de un cura exorcista recordó ante unas 150 personas que "no es anticuado hablar del demonio, porque sigue existiendo en el siglo XXI", tal como expresó oportunamente el papa Francisco.

En esa sintonía, denominó a su conferencia "El demonio no es una fábula: existe, y los cristianos no deben ser ingenuos frente a sus estrategias". Monseñor Mancuso, expárroco de la iglesia de San José, admitió que no se toma respiro de su actividad porque "a pesar de que hay dos sacerdotes platenses nuevos habilitados" para realizar los procedimientos que permiten neutralizar las posesiones satánicas, "todas las semanas acude a nosotros gente nueva que requiere ayuda".

Las estrategias del Maligno develadas por el experto, según consignó El Día, pueden ser contrarrestadas con oraciones a la Virgen. Monseñor Mancuso subrayó que "la devoción mariana es una salvaguarda" contra sus designios, ya que "nunca insulta a la Virgen porque Jesucristo no se lo permite".

"Siempre llevo una fotocopia de la ceremonia de exorcismo conmigo", contó el sacerdote. "Siempre cierro las charlas con la Oración de Liberación; es un momento en el que los demonios pueden revelar su presencia, tal como me ocurrió meses atrás en Pasto, Colombia. Sin embargo, en esa ocasión no contaba con el permiso del obispo del lugar, lo que es indispensable para tomar cartas en el asunto".+