Jueves 21 de noviembre de 2024

Francisco viaja a Malta como heraldo de paz y reconciliación

  • 1 de abril, 2022
  • La Valeta (Malta) (AICA)
Así lo definió monseñor Charles Scicluna, arzobispo de La Valleta y presidente de la Conferencia Episcopal Maltesa, al señalar cómo esperan los isleños la ansiada y postergada visita del Papa.
Doná a AICA.org

En vísperas de la llegada del papa Francisco a Malta, el arzobispo de La Valleta y presidente de la Conferencia Episcopal Maltesa, monseñor Charles J. Scicluna, compartió sus expectativas por este viaje apostólico que se demoró dos años por la pandemia y en el que el pontífice recordará la radicalidad del Evangelio y, como San Pablo, la importancia de la curación; y hará hincapié en el tema de la hospitalidad, en el marco del actual éxodo de cientos de miles de refugiados de Ucrania.

El arzobispo metropolitano de Malta y particularmente comprometido con el área de los abusos del clero dentro de la Congregación para la Doctrina de la Fe, de la que es secretario adjunto, habló con Vatican News sobre cómo esperan los católicos malteses al pontífice.

"El Papa viene como heraldo de la misericordia, de la reconciliación, de la paz; habla desde el sur de Europa, desde el corazón del Mediterráneo, que siempre ha sido teatro de convergencia, pero también de conflicto y tiene una historia que une tres continentes, pero también los separa", expresó. 

-¿Qué significado tiene la llegada del Papa Francisco para la Iglesia de Malta?
-Después de dos años de espera, la visita del Papa no sólo tiene un significado muy profundo para el pueblo, sino que es una presencia más que apreciada, también porque el momento histórico siempre nos hace pensar en Europa del Este y en la tragedia que está teniendo lugar en Ucrania en estos días. El Papa viene como heraldo de la misericordia, de la reconciliación, de la paz; habla desde el sur de Europa, desde el corazón del Mediterráneo, que siempre ha sido teatro de convergencia, pero también de conflicto y tiene una historia que une tres continentes, pero también los separa. También llega el domingo de Cuaresma en el que Jesús, hablando con la adúltera, la salva de una condena a muerte y le da a esta mujer, sorprendida en flagrante adulterio, un nuevo comienzo. La Palabra de Dios que celebraremos junto al Santo Padre el domingo de Cuaresma, 3 de abril, habla precisamente de reconciliación, de misericordia, pero también de un nuevo comienzo. Este es el mensaje que el Papa lleva a Malta, en el corazón del Mediterráneo, pero mirando al mundo entero y especialmente a nuestros hermanos y hermanas de Ucrania.

-Uno de los temas está también simbolizado por el logotipo de este viaje, que muestra unas manos dispuestas a acoger, y no cabe duda de que la cuestión de la acogida y los migrantes es uno de los grandes temas de este viaje. ¿Cuál es la situación en Malta y qué aportarán las palabras del Papa, que se reunirá con algunos de estos migrantes el domingo?
-La cuestión de los inmigrantes es siempre de actualidad. Si miramos a Europa del Este, la realidad de los emigrantes que huyen de conflictos violentos, agresivos e injustos es muy clara, y nos invita a acoger a los que huyen de su propio país no por capricho, sino por exigencia, por necesidad. Durante años, en Malta hemos sido una frontera que no puede ser una barrera, sino que debe ser un punto de confrontación, un punto de acogida. Incluso las palabras que provienen de los Hechos de los Apóstoles, capítulo 28, que hablan de la acogida que los malteses dieron a 276 náufragos, incluido el apóstol Pablo, son fruto de una narración muy antigua. Siempre me ha llamado la atención el hecho de que algunos estudiosos nos digan que una de las etimologías del nombre "Malta" proviene de una raíz fenicia muy antigua -"malet"- que significa puerto seguro, un refugio seguro. Malta ha sido bendecida con puertos verdaderamente seguros, en los que los que viajaban por mar también podían detenerse, tomar un refrigerio, incluso realizar actos de culto, porque Malta tiene muchos templos de culto que son anteriores a la era cristiana y eran -precisamente- no sólo un refugio personal y psicológico, sino también espiritual; y ésta es una vocación geopolítica de la que no podemos escapar. Malta está situada en el centro del Mediterráneo y debe ocuparse también del corredor central de la migración, pero también contempla la legítima reacción, la hermosa reacción de los países europeos ante los flujos migratorios que llegan estos días desde Ucrania. Y entre nosotros decimos que sería bueno que esta solidaridad europea se experimentara también con los países meridionales que durante años han soportado una carga desproporcionada, sin recibir el mismo tipo de solidaridad que los demás.

-Usted ha mencionado el pasaje de los Hechos de los Apóstoles en el que se habla del naufragio de San Pablo. También hay otro aspecto, igualmente importante, que es el apostólico: el mismo papa Francisco visitará -como hicieron Juan Pablo II y Benedicto XVI- las Grutas de San Pablo. Desde el punto de vista apostólico, ¿qué significa el entero viaje para la comunidad cristiana de Malta, tanto para la Iglesia como para los fieles?
-Hay que admitir que la inspiración para el viaje, hace dos años, vino de las palabras del Santo Padre en aquellos días, a principios de enero de 2020, cuando comentaba el capítulo 28 de los Hechos de los Apóstoles. Se acordó de nosotros leyendo las hermosas palabras que Lucas utiliza para conmemorar y recordar la acogida y la benevolencia de los malteses, incluido nuestro protos que se llamaba Publius. Pablo se quedó en Malta durante tres meses, en esa antigua Gruta que los papas visitan cuando vienen aquí, 2000 años después de la llegada de Pablo. Vivimos bajo la influencia de la secularización, de un mundo globalizado con una actitud muy líquida hacia los compromisos humanos, personales y morales. El Papa viene como quien recuerda la radicalidad del Evangelio, pero también la curación, y trae la Palabra de Jesús. Pablo ciertamente habló de Jesús, pero Lucas no nos dice lo que dijo. Nos cuenta algunos hechos de la curación. Dice: "Trajeron al apóstol a todos los enfermos de la isla, y él los curó". En el nombre de Jesús. Y así nos hemos encontrado -al menos, nuestros antepasados- con Jesús en la Palabra que salva, que reconcilia, que sana. Y esta es la Palabra que esperamos del Papa, el Sucesor de Pedro.

-¿Cómo se está preparando la isla para la llegada del Papa a nivel práctico? Tanto los ciudadanos como las autoridades. El nuevo Primer Ministro juró en su cargo hace unos días. ¿Cuál es el ambiente en la isla, cómo se están preparando?
-Hay una gran expectativa. Evidentemente, las elecciones del pasado fin de semana siguen en el orden del día: se está formando el nuevo gobierno; es un momento de la vida civil que no se puede desatender. Pero los preparativos están en marcha y rezamos para que haga buen tiempo el sábado y el domingo porque, como sabemos, en las islas mediterráneas, cuando el viento sopla, sopla muy fuerte.+