Sábado 23 de noviembre de 2024

Francisco: El Señor puede hacer mucho con lo poco que tenemos para dar

  • 25 de julio, 2021
  • Ciudad del Vaticano (AICA)
El papa Francisco rezó el Ángelus del domingo y reflexionó sobre la escena evangélica de la multiplicación de los panes y los peces. El verdadero milagro es el compartir, dijo.
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El papa Francisco encabezó este domingo 25 de julio el tradicional rezo del Ángelus y reflexionó sobre el Evangelio que narra la multiplicación de los panes y los peces. Para Jesús, consideró el Santo Padre, lo que podemos dar es suficiente para hacer grandes cosas. “El verdadero milagro, no es la multiplicación que produce orgullo y poder, sino la división, el compartir, que aumenta el amor y permite que Dios haga prodigios”, aseguró

“Jesús no crea los panes y los peces de la nada, sino que obra a partir de lo que le traen los discípulos. Dice uno de ellos: 'Aquí hay un muchacho que tiene cinco panes de cebada y dos peces; pero ¿qué es esto para tantos?'. Es poco, no es nada, pero le basta a Jesús”, señaló el Papa, e invitó a ponernos "en el lugar de ese muchacho".

“Los discípulos le piden que comparta todo lo que tiene para comer. Parece una propuesta sin sentido. ¿Por qué privar a una persona, sobre todo a un muchacho, de lo que ha traído de casa y tiene derecho a quedárselo para sí? ¿Por qué quitarle a uno lo que en cualquier caso no es suficiente para saciar a todos?”, planteó.

Al respecto, reflexionó: “Humanamente es ilógico. Pero no para Dios. De hecho, gracias a ese pequeño don gratuito y, por tanto, heroico, Jesús puede saciar a todos. Es una gran lección para nosotros. Nos dice que el Señor puede hacer mucho con lo poco que ponemos a su disposición. Sería bueno preguntarnos todos los días: ¿Qué le llevo hoy a Jesús?”

Y comparó: "Jesús puede hacer mucho con nuestras oraciones, con nuestro gesto de caridad hacia los demás.  A Dios le encanta actuar así, hacer grandes cosas a partir de las pequeñas y gratuitas”, sostuvo.

En ese sentido, valoró "la lógica de la pequeñez y el don", que aparece en reiteradas ocasiones en la Biblia, y advirtió que es muy diferente de la nuestra: “Nosotros tratamos de acumular y aumentar lo que tenemos; Jesús, en cambio, pide dar, disminuir. Nos encanta añadir, nos gustan las adiciones; a Jesús le gustan las sustracciones, quitar algo para dárselo a los demás".

Y mientras "queremos multiplicar para nosotros", advirtió, "Jesús aprecia cuando dividimos con los otros, cuando compartimos". Es curioso, consideró, que en los relatos de la multiplicación de los panes presentes en los Evangelios no aparezca nunca el verbo “multiplicar”. "Es más, los verbos utilizados son de signo opuesto: 'partir', 'dar', 'distribuir'”, destacó.

Finalmente, Francisco hizo una comparación con el mundo de hoy, asegurando que "tampoco hoy la multiplicación de los bienes resuelve los problemas sin una justa distribución", y subrayó la tragedia del hambre y la desnutrición: “Me viene a la mente la tragedia del hambre, que afecta especialmente a los niños. Se ha calculado que alrededor de siete mil niños menores de cinco años mueren a diario en el mundo por motivos de desnutrición, porque no tienen lo necesario para vivir”, alertó.

Ante escándalos como estos, "Jesús nos dirige también a nosotros una invitación, una invitación similar a la que probablemente recibió el muchacho del Evangelio, que no tiene nombre y en el que todos podemos vernos", insistió: “Ánimo, da lo poco que tienes, tus talentos y tus bienes, ponlos a disposición de Jesús y de los hermanos. No temas, nada se perderá, porque, si compartes, Dios multiplica. Echa fuera la falsa modestia de sentirte inadecuado, ten confianza. Cree en el amor, en el poder del servicio, en el poder de la gratuidad”.

E invocando a la Madre de Dios, pidió que Ella que “dijo ‘sí’ a la inaudita propuesta de Dios, nos ayude a abrir nuestros corazones a las invitaciones de Dios y a las necesidades de los demás”.

Oración por China y bendición de los Juegos Olímpicos
Después de rezar el Ángelus, el Santo Padre manifestó su cercanía y solidaridad con los afectados por las lluvias torrenciales en China y bendijo a los participantes en los Juegos Olímpicos de Tokio.

“En los últimos días, las lluvias torrenciales han azotado la ciudad de Zhengzhou, en la provincia china de Henan, provocando devastadoras inundaciones. Rezo por las víctimas y sus familias y expreso mi cercanía y solidaridad con todos los que están sufriendo esta calamidad”, manifestó, en alusión a la región que ha quedado sumergida por la caída de 640mm de lluvia en un solo día.

Y refiriéndose a los Juegos Olímpicos de Tokio, que comenzaron este viernes luego de ser suspendidos en 2020 debido a la pandemia, expresó: “En este tiempo de pandemia, que estos Juegos sean un signo de esperanza, una señal de fraternidad universal bajo la bandera de la sana competencia. Que Dios bendiga a los organizadores, a los atletas y a todos los que colaboran en esta gran fiesta del deporte”.+