Sábado 12 de octubre de 2024

Francisco y Bartolomé I en sintonía para hacer frente a la crisis ecológica

  • 6 de junio, 2018
  • Atenas (Grecia) (AICA)
"El deber de custodiar la creación desafía a todas las personas de buena voluntad y reclama a todos los cristianos a reconocer las raíces espirituales de la crisis ecológica, cooperando en el ofrecimiento de una respuesta no ambigua", escribió el papa Francisco en el mensaje dirigido al Patriarca ecuménico Bartolomé I y a los participantes en el IX Simposio Internacional dedicado a la protección y preservación del medio ambiente, que inició ayer en Atenas.
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"El deber de custodiar la creación desafía a todas las personas de buena voluntad y reclama a todos los cristianos a reconocer las raíces espirituales de la crisis ecológica, cooperando en el ofrecimiento de una respuesta no ambigua", escribió el papa Francisco en el mensaje dirigido al Patriarca ecuménico Bartolomé I y a los participantes en el IX Simposio Internacional dedicado a la protección y preservación del medio ambiente, que inició ayer en Atenas, bajo el tema "Preservar el planeta y proteger a su gente".

El cardenal Peter Turkson, prefecto del Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral leyó el mensaje del Papa dirigido a Bartolomé I.

El Papa señaló que "no solo se están desmoronando los hogares de personas vulnerables de todo el mundo, como podemos ver en el creciente éxodo de migrantes climáticos y refugiados medioambientales, como lo destaqué en mi encíclica Laudato si´, sino que también estamos condenando a las generaciones futuras a vivir en una casa compartida, reducida a ruinas".

"¿Qué clase de mundo queremos transmitir a los que vienen después de nosotros, a los niños que están creciendo?", se preguntó Francisco y convocó a un "serio examen de conciencia" de cara a la actual crisis ecológica.

"El cuidado de la Creación -instó el Santo Padre- entendido como un don compartido y no como una posesión privada, siempre implica el reconocimiento de los derechos de cada persona y de cada pueblo". Es una crisis que está "enraizada en el corazón del hombre" que "aspira a controlar y explotar los recursos limitados de nuestro planeta, ignorando a los miembros más vulnerables de la familia humana".

El pontífice se refirió luego al Mensaje para la Jornada Mundial de Oración por la Creación, que se celebra el 1 de septiembre, escrito junto con el patriarca Bartolomé, destacando que es un paso en esta dirección, que demuestra nuestra preocupación común y nuestra aspiración de trabajar juntos para abordar este delicado problema".

"El deber de cuidar la creación desafía a todas las personas de buena voluntad e invita a los cristianos a reconocer las raíces espirituales de la crisis ecológica y a cooperar para ofrecer una respuesta inequívoca".

"Es mi firme intención de que la Iglesia católica continúe el camino en esta dirección junto a usted, su Santidad, y al patriarcado ecuménico", y con las "otras comunidades cristianas y todas las personas de buena voluntad".

Por último, Francisco expresa su gratitud por el compromiso y la labor de Bartolomé, que "involucró a líderes religiosos, científicos, políticos y empresarios para crear una importante red, a fin de responder de un modo eficaz a los desafíos presentes"

Bartolomé I: Es necesaria una "transformación moral" del hombre
En la ponencia inaugural del IX Simposio Ecológico Internacional, el patriarca Bartolomé I, partió de la constatación de que "la crisis ecológica ha revelado que nuestro mundo constituye un todo, sin solución de continuidad", y que, por ende "ninguna iniciativa o institución, ninguna nación o sociedad, ni la ciencia ni la tecnología, son capaces de responder por sí solas a ella". Por lo tanto, la respuesta "requiere de la convergencia de religiones, ciencia y tecnología, de todos los sectores y organizaciones sociales, además de todas las personas de buena voluntad". Se necesita un modelo de cooperación, pero "lamentablemente hoy somos testigos de que hay intereses económicos y modelos geopolíticos que atentan contra semejante cooperación en el campo de la protección ambiental".

Asimismo el patriarca resaltó "las raíces espirituales y morales de la crisis ecológica" y "la necesidad de una transformación espiritual de los seres humanos y de sus actitudes y conductas en relación a la creación". "La destrucción del ambiente natural sólo puede ser invertida a través de un cambio radical de nuestra perspectiva en relación a la naturaleza, el cual a su vez deriva de un cambio radical en nuestra autocomprensión como seres humanos".

"Para la Iglesia ortodoxa, el cuidado de la creación ?la conservación de la naturaleza y la protección de todas las personas- emana de la esencia misma de nuestra fe", y desde junio de 2016, ella afirma que cada cristiano es llamado a ser un administrador, protector y ?sacerdote? de la creación".

"Preservar y proteger el ambiente natural, así como tener respeto y estar al servicio de nuestros semejantes, son dos caras de la misma moneda. Las consecuencias de la crisis ecológica ?que afectan, en primer lugar, a las personas social y económicamente vulnerables ? constituyen una seria amenaza para la cohesión y la integración social. La identidad de toda sociedad y la medida de toda cultura se juzga de acuerdo al grado de desarrollo tecnológico, crecimiento económico o infraestructura pública" pero, "en primerísimo lugar, en virtud de nuestro respeto por la dignidad de la humanidad y la integridad de la naturaleza".

Y existe, concluyó Bartolomé "un estrecho vínculo entre el cuidado de la ceración y la adoración del Creador, entre una economía para los pobres y una ecología para el planeta. Cuando herimos a las personas, dañamos la tierra. Por ende, nuestra avidez extrema y la dilapidación excesiva no sólo son inaceptables económicamente; sino que también son insostenibles ecológicamente hablando. En realidad, son éticamente imperdonables".+