Jueves 21 de noviembre de 2024

España: Califican de "proporcionada" limitar a un tercio el aforo de los templos

  • 6 de octubre, 2020
  • Madrid (España) (AICA)
Los obispos señalaron la necesidad de conjugar la Eucaristía con el cumplimiento de las medidas impuestas por el Gobierno.
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La Conferencia Episcopal Española (CEE) califica de “proporcionada” la decisión del Ministerio de Sanidad de limitar a un tercio el aforo en las iglesias de aquellos territorios con más casos de Covid-19. 

Restricción a la que se suman los velatorios, cuyo aforo máximo es de quince personas en espacios al aire libre o diez en caso de ser lugares cerrados. Estas restricciones fueron publicadas en el boletín oficial del 1 de octubre.

El Secretario General de la CEE, monseñor Luis Argüello, expresó su deseo y el del organismo episcopal de colaborar para que el coronavirus no se extienda y, si en esta colaboración es necesaria una limitación del aforo, adelante: “Para la comunidad cristiana la Eucaristía es fundamental, y queremos conjugar que se celebre la Eucaristía con la participación del pueblo católico en la medida de lo posible, pero respetando siempre las reglas sanitarias”, subrayó el también obispo auxiliar de Valladolid.

Para monseñor Argüello, la medida del Ministerio de Sanidad es proporcionada, y ha vuelto a mostrarse crítico con lo dictaminado por la comunidad de Castilla y León a comienzos del mes de septiembre, cuando limitó el aforo en los templos a tan solo 25 personas, sin tomar en consideración las dimensiones de cada parroquia.

“Desde la catedral, con una cabida de mil personas, hasta la capilla donde apenas caben treinta, se estableció que el máximo aforo permitido era de 25 personas en el interior. Aquello no era razonable. Por eso, el criterio de proporcionalidad nos parece adecuado en un momento de excepcionalidad como el actual”, señaló el portavoz de la Conferencia Episcopal Española durante la rueda de prensa celebrada en la sede del organismo episcopal para dar cuentas de los asuntos tratados en la Comisión Permanente celebrada esta semana.

Los obispos piden a los políticos unidad frente a la pandemia
Por otra parte, monseñor Luis Argüello mostró su perplejidad ante la guerra desatada entre el Gobierno Central y la Comunidad de Madrid derivada de la gestión de la Covid-19: “Como cualquier conciudadano, estamos perplejos que ante una situación grave no haya acuerdo”, lamentó.

Una guerra abierta entre ambas administraciones que, para el portavoz del organismo episcopal, es contradictoria si se repasan las constantes demandas de unidad que llegan desde la clase política para hacer frente al coronavirus: 

“Piden unidad y al tiempo observamos constantemente piedras de división en el camino. Apelamos a la responsabilidad de los ciudadanos para contribuir a detener la expansión de la Covid-19 y salir de cualquier estrategia de enfrentamiento”, remarcó monseñor Argüello.

Ante esta situación, el portavoz de la CEE reclamó que los equipos de profesionales sanitarios conformados para asesorar a nuestros gobernantes, tengan una mayor autoridad: “Es cierto que ante asuntos graves y delicados como son la movilidad o las libertades básicas, corresponde a las instituciones políticas tomar la decisión. Pero parece importante que, en la pandemia, gla opinión de los equipos científicos independientes, tengan una voz más grande”, consideró el secretario general.

Monseñor Argüello añadió que estas tensiones también se están produciendo en la comunidad cristiana, cuando se pone la fe al servicio de la ideología: “Que tengamos en la Iglesia planteamientos diferentes sobre la economía o la política es legítimo, porque formamos parte de la sociedad. El problema es poner la fe al servicio de la ideología, y esto genera tensiones en la comunidad cristiana”, sostuvo.

“Cómo ser signo de reconciliación y comunión si no llevamos barbijo en la inteligencia o en el corazón que nos permita salir al paso de lo que son situaciones en los que la dignidad, la libertad o la justicia social están puestas en juego. Por ello, hago un llamamiento al pueblo católico y a los ciudadanos que quieran escucharnos, a ejercer con responsabilidad cívica el cuidado mutuo con espíritu de concordia y amistad civil que brotan de la fraternidad que procesamos al invocar a un padre común”. +