Domingo 29 de septiembre de 2024

En un mundo ruidoso, es necesario el silencio para contemplar a Dios, dijo el Papa

  • 16 de noviembre, 2023
  • Ciudad del Vaticano (AICA)
Francisco destacó las lecciones de silencio, misticismo y misión, tomadas de la vida de la venerable Madre María de Jesús de Ágreda, y también el lugar de la Virgen María en la revelación de Cristo.
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“La mujer contemplativa da a la Iglesia tres lecciones: silencio, misión y mística”, explicó esta mañana el Papa Francisco al recibir a los participantes en el Congreso Internacional sobre la venerable María de Jesús de Ágreda, promovido por la Pontifica Academia Mariana Internacional. “Una mujer excepcional, definida como enamorada de la Escritura, mística mariana y evangelizadora de América”.

El pontífice dio una cálida bienvenida a las religiosas, expresando su alegría por la visita -organizada por la Academia Mariana-, al saludar a las Madres Concepcionistas, reconociendo especialmente la presencia de quienes viajaron desde la Argentina, tierra natal del Santo Padre. 

Y, hablando de la Madre Ágreda, el Papa recordó que fue una mujer excepcional, definida por la Congregación como “enamorada de la Escritura”, “mística mariana” y “evangelizadora de América”. A partir de allí, el Santo Padre, reflexionó sobre las tres lecciones que la mujer contemplativa puede dar a la Iglesia: silencio, mística y misión.

Actitud de escucha
Al respecto, Francisco dijo que aquél es un trato con Dios que nace de esa actitud de escucha, de esa lectura encarnada de la Sagrada Escritura. "Una experiencia, podemos decir, extática, sí, pero entendiendo que 'éxtasis' quiere decir salir de sí, salir de nuestras comodidades, del yo egoísta que busca siempre dominarnos. Se trata de hacer espacio a Dios, para que, dóciles al Espíritu Santo, el aposentador del Rey, podamos recibirlo en nuestra casa. Ese es el ejemplo de la Virgen María, que lo acogió en su Corazón inmaculado antes que en su seno virginal".

En este sentido, el pontífice señaló que los contemplativos nos enseñan -a través de un camino de ascesis, abandono y fidelidad- el gozo de vivir sólo para Dios. Y a veces la contemplación se hace en silencio, delante del Señor, lo cual contrasta con este mundo, que siempre está lleno de palabras, de noticias, que es toda una industria de la comunicación externa; en cambio, dijo el Papa, la comunicación interna, en silencio, es muy necesaria.

La Madre Ágreda y las religiosas concepcionistas, que fueron las primeras claustrales en llegar a América, nos dan prueba de este espíritu misionero de la vida contemplativa, afirmó el pontífice, el cual más tarde pondrá de relieve santa Teresa del Niño Jesús. No es casual que otra gran mística, santa Rosa de Lima, sea la primera santa del continente. De allí que fuera comprensible, enfatizó por último, que la Madre Ágreda sintiera el llamado del Señor de rezar por aquellas almas que aún no lo conocían, y que esta oración fuese fecunda en el alma de aquellos que, al decir de los misioneros, se encontraron bien dispuestos a recibir el bautismo.

"Normalmente, no somos conscientes de la fuerza de la oración de intercesión en nuestras vidas, como se dice que los indios lo fueron de la intervención de la Madre Ágreda", afirmó el Santo Padre, luego de lo cual  citó las oraciones de la Madre Ágreda por las almas receptivas al bautismo, práctica que da frutos en la conversión de muchos.

"María nos enseña, en las bodas de Caná, que también nosotros podemos reconocer de dónde viene el vino nuevo a través de los que nos sostienen con su oración y nos edifican con su ejemplo. Y no se olviden del gran gesto de María, que nos revela las bodas de Caná: María señala al Hijo, ¡Hagan lo que Él les diga! Ella nos lleva a Jesús, lo engendra en nosotros, y esa actitud tan linda tenemos que imitarla nosotros, también señalando al Señor", añadió

¿Quién fue santa Beatríz de Silva, fundadora de la orden?
El culto a santa Beatriz es inmemorial; fue confirmado por Pío XI el 28 de julio de 1926,cuando la proclamó beata. Fue canonizada el 3 de octubre de 1976 por Pablo VI y sus restos se conservan para pública veneración en la casa madre, ubicada en Toledo. Aparte de su fundadora, destacan otras concepcionistas muertas con fama de santidad, de las cuales cinco tienen ya en curso su proceso canónico de beatificación en Roma, y son las venerables Madres María de Jesús de Tomelín y del Campo, María de Jesús de Ágreda, Jacinta María Teresa de Jesús Romero y Balmaseda, María de los Dolores Patrocinio y Ángeles Sorazu.

También son de destacar las mártires concepcionistas de 1936. Y cuenta además la Orden con escritoras místicas de renombre, como María de Jesús de Ágreda y Ángeles Sorazu. Ya en el siglo xx, se destaca el trabajo realizado por la Reverenda Madre Mercedes de Jesús, quien emprendió la vuelta a los orígenes de la Orden, cuya reforma fue aprobada por su Santidad Juan Pablo II en septiembre de 1996.+