Martes 16 de abril de 2024

En la cuna del Padre Pío, el Papa pidió el Nobel de la Paz para los ancianos

  • 19 de marzo, 2018
  • Pietrelcina (Italia)
El papa Francisco visitó el sábado 17 de marzo la localidad italiana de Pietrelcina, cuna del Padre Pío, donde visitó su capilla y el olmo de los estigmas, llamó al pueblo a imitar al santo siendo "instrumentos del amor de Jesús hacia los más débiles" y pidió el Premio Nobel de la Paz para los ancianos del mundo, "que dan memoria a la humanidad".
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El papa Francisco viajó el sábado 17 de marzo a Pietrelcina y San Giovanni Rotondo, dos localidades del sur de Italia ligadas a la vida del Padre Pío, el "santo de los estigmas".

La visita apostólica coincidió con el centenario de las apariciones de los estigmas de san Pío de Pietrelcina y el 50 aniversario de su fallecimiento.

Francisco arribó en helicóptero a Pietrelcina, ciudad natal del santo, donde visitó su capilla y el olmo de los estigmas, y luego mantuvo un encuentro con los fieles en la explanada adyacente.

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Allí el pontífice reivindicó el valor de la comunión de un pueblo y destacó la figura de ese fraile capuchino "que sorprendió al mundo por su vida dedicada a la oración y a la escucha paciente de los hermanos, en cuyos sufrimientos derramaba como bálsamo la caridad de Cristo".

"Imitando su heroico ejemplo y sus virtudes, puedan ustedes convertirse en instrumentos del amor de Jesús hacia los más débiles", sostuvo.

El Papa destacó que "en esta comunidad él templó su propia humanidad, aprendió a orar y a reconocer en los pobres la carne del Señor, hasta que creció en el seguimiento de Cristo y pidió ser admitido entre los Frailes Menores Capuchinos, convirtiéndose de tal modo en Fray Pío de Pietrelcina".

"Era hijo devoto de la Iglesia, amaba la Iglesia, con todos sus problemas, con todos nuestros pecados, todos somos pecadores, nos avergonzamos... Amaba a la Iglesia santa y a los hijos pecadores", recordó.

Tras afirmar que "San Pío nunca renegó de su país, nunca renegó de sus orígenes, nunca renegó de su familia", y señaló que hasta él, que recibió los estigmas de la Pasión, "temía caer en el pecado, sentía la presencia del demonio. Y eso no da paz".

"¿Creen que el demonio existe?", preguntó el Papa. "No parecen muy convencidos. ¿Existe o no existe el demonio?", volvió a preguntar. "Sí. Y entra, se mueve dentro de nosotros, nos engaña", advirtió.

Francisco puntualizó que, pese a ese temor, san Pío "se abandonó en los brazos de Jesús, porque lo amaba y se fiaba de él. Esta es una gran teología: si tienes un problema, estás triste o enfermo, abandónate en los brazos de Jesús".

"Así lo hizo San Pío, y alcanzó tal nivel de unión con el Señor, que recibió los dones místicos, que se manifestaron en su carne los signos de la pasión de Cristo", indicó.

Francisco habló también de la despoblación de esta zona por la migración interna de "muchos jóvenes que se marchan para encontrar trabajo", al pedir que "recemos para que puedan encontrar trabajo aquí".

"La intercesión de su santo conciudadano sostenga los propósitos de unir las fuerzas, para así ofrecer sobre todo a las jóvenes generaciones perspectivas concretas para un futuro de esperanza. Que no falte la atención solícita y llena de ternura a los ancianos, patrimonio incomparable de nuestras comunidades", agregó.

"No marginen a los ancianos, son la sabiduría de un pueblo. Cuando llegué pude saludar a un jovencito de 99 y a una señorita de 97. Hablar con ellos, son patrimonio de nuestra comunidad. Habría que pedir el Premio Nobel a los ancianos, que dan memoria a la humanidad", sugirió.

Por último, Francisco instó a cuidar como un tesoro precioso el testimonio cristiano y sacerdotal de san Pío de Pietrelcina, y anheló que este "sea para cada uno de ustedes un estímulo para vivir en plenitud su existencia, siguiendo el estilo de las Bienaventuranzas y con las obras de misericordia".+