Viernes 7 de febrero de 2025

En Francia, Parolin abogó por una laicidad 'sana, evolutiva y dinámica'

  • 18 de enero, 2025
  • París (Francia) (AICA)
En un coloquio en el Ministerio de Asuntos Exteriores, el secretario de Estado expresó el deseo del Papa de "mantener relaciones pacíficas y constructivas entre la Iglesia y el Estado".
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Al día siguiente de su encuentro con el primer ministro francés, François Bayrou, el cardenal Pietro Parolin acudió al Quai d'Orsay, o Ministerio  de Asuntos Exteriores, para participar en un coloquio titulado "Continuidad y pertinencia del acuerdo Poincaré-Cerretti de 1924", junto al ministro de esa cartera, Jean-Noël Barrot; el nuncio apostólico, monseñor Celestino Migliore; y el presidente de la Conferencia Episcopal Francesa (CEF), monseñor Éric de Moulins-Beaufort .

En su discurso, el secretario de Estado de la Santa Sede celebró la longevidad de ese acuerdo, surgido de la correspondencia mantenida, en enero de 1924, entre el entonces nuncio apostólico en París, monseñor Bonaventure Cerretti, y el presidente del Consejo, Raymond Poincaré .

Tras "veinte años de disputas y tensiones entre la República Francesa y la Santa Sede", provocadas por el vacío jurídico creado por la ley de 1905 sobre la separación de la Iglesia y el Estado, el acuerdo Poincaré-Cerretti permitió la creación de asociaciones diocesanas. que respetaban la autoridad jerárquica del obispo.

"Aunque no fue apoyado unánimemente en el seno de la Iglesia, a nadie se le ocurriría hoy ponerlo en tela de juicio", afirmó el cardenal Parolin.

El purpurado se refirió, a continuación, al concepto fundacional francés de laicidad, que "no se cuestiona en principio", pero cuya "interpretación concreta y el modo en que se entiende, invoca o aplica pueden suscitar inquietud, sobre todo cuando se asocia a sentimientos antirreligiosos o atenta contra las tradiciones".

Recordando el llamado del Papa a una "sana laicidad", durante su visita a Ajaccio del 15 de diciembre pasado, el secretario de Estado abogó por el desarrollo de "una laicidad evolutiva y dinámica, capaz de adaptarse a una variedad de contextos y de promover una cooperación permanente entre las autoridades civiles y religiosas".

Córcega como modelo de "sana laicidad"
Si bien "la llegada de poblaciones de orígenes culturales y religiosos diversos pone, a veces, en tela de juicio la laicidad tal como se ha construido en Francia", el cardenal Parolin invita a apelar a otro valor fundacional de la República Francesa: la fraternidad.

"Resolver esas tensiones exige respetar el equilibrio entre la igualdad de los ciudadanos y su libertad de conciencia, un equilibrio que sólo la fraternidad puede hacer posible", explicó.

El purpurado subrayó, asimismo, su deseo de que el catolicismo, al igual que las demás religiones, sea tratado siempre respetando la igualdad ante la ley de todos los ciudadanos y el respeto de todas las creencias, tal como estipulan la ley de 1905 y la Constitución francesa.

El secretario de Estado de la Santa Sede deploró el frecuente "ostracismo de la Iglesia", destacando como contrapartida el entusiasmo generado en Francia los días 7 y 8 de diciembre, con motivo de la reapertura de la catedral de París.

"Ese entusiasmo no era simplemente un poderoso símbolo, sino también la expresión de las aspiraciones de todos: reunirse en paz en un lugar sagrado que ha resistido el paso del tiempo, marcando las grandes horas de la historia de Francia desde hace 850 años", subrayó.

En efecto, cinco años después del incendio que arrasó la catedral, "Notre-Dame, en el esplendor de su belleza redescubierta y magnificada, ofreció a todos un momento de gracia, fraternidad y comunión", señaló.

"A la luz de este ejemplo reciente, ¿cómo no subrayar hasta qué punto las buenas relaciones entre la Iglesia y el Estado, respetando la laicidad, han sido esenciales y complementarias para restaurar esa joya parisina de toda Francia?", planteó.

Parolin concluyó de ese modo su discurso, expresando el deseo del Santo Padre de "mantener relaciones pacíficas y constructivas entre la Iglesia y el Estado".