Martes 8 de octubre de 2024

El Papa y el presidente de Madagascar plantaron un árbol de baobab

  • 7 de septiembre, 2019
  • Antananarivo (Madagascar) (AICA)
Encuentro entre el papa Francisco y el presidente de Madagascar, Andry Rajoelina
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En la mañana de hoy, al término del encuentro entre el papa Francisco y el presidente de Madagascar, Andry Rajoelina, ambos se dirigieron al jardín exterior del Edificio de la Ceremonia donde el pontífice plantó un árbol de baobab, en memoria de la visita apostólica.



El baobab es también llamado "reniala" (madre del bosque) en malgache y es un árbol que puede vivir varios siglos y en algunas regiones de África es considerado un árbol sagrado.



Mientras un coro de niños cantaba una canción, ambos mandatarios pusieron tierra roja alrededor del baobab, un árbol que crece en condiciones climáticas extremas.



Momentos antes el papa Francisco firmó el Libro de Honor durante su visita al Palacio Presidencial y la frase, escrita a mano en francés, decía: “He venido como un sembrador de paz y esperanza: ¡que las semillas sembradas en esta tierra den frutos abundantes para el pueblo malgache! Que el Señor los bendiga a todos”



El baobab africano es un árbol de tronco grande, con forma de botella o irregular y lleno de nudos. Su altura puede oscilar entre los 5 y 30 m, y el diámetro de la copa supera los 11 m. La corteza es lisa y la madera fibrosa, donde almacena agua. Las hojas solo brotan en la época de lluvias, en verano en el hemisferio sur y en invierno en el hemisferio norte.



El baobab se origina del árabe que significa traducido al español “padre de muchas semillas”, en cambio su nombre científico, Adansonia tiene un origen francés llamado Michel Adanson, el cual utilizo su apellido para llamar a este género de especies.



Se tiene que hacer mención de que la forma de botella, los baobabs la adquirirán cuando se encuentren en su etapa de madurez la cual va a llegar cuando tengan unos doscientos años. Existen algunos baobabs que a medida que van llegando a la madurez se van ahuecando, lo que los hace unos grandes contenedores en los que se puede almacenar unos 6.000 litros o más de agua.



Si se dan las condiciones adecuadas con respecto al suelo (preferiblemente que sea suelo arenoso) que tengan un clima templado y además que tengan lluvias que se encuentren entre los 300 a 500 mm anuales pueden llegar a vivir entre los 800 y los 1000 años e incluso más.



En la actualidad están muriendo muchos baobabs, lo que los sitúa como especie en peligro de extinción.