Domingo 11 de mayo de 2025

El Papa recuerda el 50º aniversario de la "Pacem in Terris"

  • 11 de abril, 2013
  • Ciudad del Vaticano
El papa Francisco recibió este mediodía, en la Sala Clementina del Vaticano, a los miembros de la "Papal Foundation"», durante su visita anual a Roma. La "Papal Foundation" es una asociación católica estadounidense instituida en Filadelfia, Estados Unidos, en 1990 por el fallecido cardenal John Krol, que financia las necesidades de la Iglesia en el mundo. Durante el encuentro el santo padre recordó que hoy se cumplen los 50 años de la publicación de la encíclica Pacem in Terris de Juan XXIII.
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El papa Francisco recibió este mediodía, en la Sala Clementina del Vaticano, a los miembros de la "Papal Foundation"», durante su visita anual a Roma. La "Papal Foundation" es una asociación católica estadounidense instituida en Filadelfia, Estados Unidos, en 1990 por el fallecido cardenal John Krol, que financia las necesidades de la Iglesia en el mundo.

En los veinticinco años transcurridos desde la creación de la Fundación, afirmó el pontífice, ustedes y sus afiliados han ayudado al sucesor de Pedro, sosteniendo muchas obras de apostolado y de caridad especialmente cercanas a su corazón. En estos años, han contribuido de manera significativa al crecimiento de muchas Iglesias particulares de los países en vías de desarrollo ayudando, entre otras cosas, a la formación del clero y de los religiosos, ofreciendo ayuda, asistencia médica y atención a los pobres y necesitados, y creando oportunidades de formación y trabajo".

Por último, el Papa señaló que hoy se cumplen los cincuenta años de la encíclica Pacem in Terris de Juan XXIII, y pidió que este aniversario "sea un incentivo para comprometerse siempre más en promover la reconciliación y la paz a todos los niveles".

50 años de la Pacem in Terris
Pacem in terris (Paz en la Tierra), es la última encíclica de las ocho escritas por el papa Juan XXIII. Publicada el día 11 de abril de 1963, 53 días antes de fallecer el pontífice, coincidiendo con la celebración del Jueves Santo. En ella hace una profunda reflexión sobre las condiciones que han de imperar para que haya una verdadera paz en el mundo.

En un contexto mundial dominado por la construcción del muro de Berlín (1961), la creciente hostilidad entre occidente y el bloque comunista, el constante surgimiento de guerras locales y la falta de estabilidad de los pueblos surgidos tras el proceso de descolonización. Circunstancias que no distan demasiado de la época actual.

También 1963 era el año en que se celebraba el Concilio Vaticano II. Las Naciones Unidas, la UNESCO, la Liga de los derechos del hombre y otros organismos se habían consagrado a la búsqueda de una defensa de la paz, en beneficio de todos los seres humanos sin distinciones.

En esta encíclica, Juan XXIII pretende hacer ver la común pertenencia a la familia humana e iluminar respecto a la aspiración de la gente de todos los lugares de la tierra a vivir en seguridad, justicia y esperanza ante el futuro. La intención del Pontífice era que este documento pudiera servir a todos los hombres de buena voluntad en la constitución orgánica de los Estados y de sus relaciones internacionales.

El Pacem in terris recordaba que la paz exige la observancia del orden querido por Dios. Este orden ha de reconocer ante todo las leyes que impone la naturaleza del hombre en las que se descubren los planes de Dios. El punto de partida y fundamento de toda ley humana, arranca de la personalidad natural y dignidad natural del hombre, dotado de derechos y de deberes. Dignidad acrecentada por la luz de la Revelación Cristiana.

Considera que las relaciones internacionales son consideradas bajo la misma óptica de la persona, es decir, deberán regirse por la ley moral, por la verdad, la justicia y el respeto. El Papa exhorta a todos a luchar por reconstruir todas las formas de convivencia en la tierra. Conjuntar amor y libertad, es tarea ardua pero nobilísima, pero vale la pena por el bien de todos. A esta labor se convoca a todos los hombres de buena voluntad.

Hoy, como hace 50 años, las enseñanzas y orientaciones de la Encíclica Pacem in terris conservan su vigencia.+