Miércoles 17 de abril de 2024

El Papa recordó a Hiroshima y Nagasaki

  • 9 de agosto, 2015
  • Ciudad del Vaticano
El papa Francisco recordó este domingo, luego de la oración del Angelus, a las ciudades japonesas de Hiroshima y Nagasaki en el 70 aniversario de los lanzamientos de las bombas atómicas por parte de los Estados Unidos y señaló que lo ocurrido "constituye una advertencia continua para la humanidad, para que repudie para siempre la guerra y destierre las armas nucleares y toda arma de destrucción masiva".
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El papa Francisco recordó este domingo, luego de la oración del Angelus, a las ciudades japonesas de Hiroshima y Nagasaki en el 70 aniversario de los lanzamientos de las bombas atómicas por parte de los Estados Unidos y señaló que lo ocurrido "constituye una advertencia continua para la humanidad, para que repudie para siempre la guerra y destierre las armas nucleares y toda arma de destrucción masiva".

Ante la multitud congregada en la Plaza de San Pedro, el Pontífice indicó que este hecho "se convirtió en el símbolo del ilimitado poder destructivo del hombre cuando hace un uso equivocado del progreso de la ciencia y de la técnica". "Esta triste ocasión nos llama sobre todo a rezar y a comprometernos por la paz, para difundir en el mundo una ética de fraternidad y un clima de serena convivencia entre los pueblos", añadió.

Palabras del Santo Padre al finalizar el rezó del Angelus
Queridos hermanos y hermanas, hace setenta años, el 6 y el 9 de agosto de 1945, sucedieron los tremendos bombardeos atómicos en Hiroshima y Nagasaki. A distancia de tanto tiempo, este trágico suceso suscita todavía horror y repulsión.

Este se ha convertido en el símbolo del ilimitado poder destructivo del hombre cuando hace un uso equivocado del progreso de la ciencia y de la técnica, y constituye una advertencia continua para la humanidad, para que repudie para siempre la guerra y destierre las armas nucleares y toda arma de destrucción masiva.

Esta triste ocasión nos llama sobre todo a rezar y a comprometernos por la paz, para difundir en el mundo una ética de fraternidad y un clima de serena convivencia entre los pueblos. De cada tierra se eleve una única voz: ¡no a la guerra, no a la violencia, sí al diálogo, sí a la paz! Con la guerra siempre se pierde. ¡El único modo de vencer una guerra es no hacerla!"