Al concluir la audiencia del miércoles, el pontífice recordó el octogésimo aniversario del bombardeo atómico a estas ciudades japonesas producido durante la II Guerra Mundial.
Destruida por la bomba atómica, fue reconstruida con donaciones de estadounidenses y volverá a sonar a la misma hora en la que el 9 de agosto de 1945 explotó la bomba atómica en el cielo de Nagasaki.
Las organizaciones presentes en el primer Foro Católico por la Paz expresaron su esperanza de que Hiroshima y Nagasaki continúen siendo las últimas ciudades en haber sufrido bombardeos atómicos.
Hoy, 9 de agosto, se cumplen 78 años de la segunda bomba atómica arrojada por EE.UU. sobre Japón. La comunidad católica nipona perdió, ese día, a dos tercios de sus miembros