Jueves 21 de noviembre de 2024

El Papa recibió en audiencia a un grupo de migrantes

  • 3 de julio, 2024
  • Ciudad del Vaticano (AICA)
Entre los invitados en Casa Santa Marta, había un senegalés y un gambiano que escribieron libros en los que cuentan la odisea que vivieron en busca de una nueva tierra que les sirviera de hogar.
Doná a AICA.org

El Papa Francisco recibió, el pasado 2 de julio, a un grupo de migrantes deseosos de conocerlo. Los acompañaron, entre otros, don Mattia Ferrari, capellán de Mediterranea Saving Humans y el fundador de la ONG, Luca Casarini.

Los grandes protagonistas del encuentro fueron dos jóvenes, Ibrahim Lo, procedente de Senegal, que transitó por la ruta de Libia, y Ebrima Kuyateh, originaria de Gambia, con la misma trayectoria dramática. Ambos han escrito libros. El primero de Ibrahim se titulaPan y agua. De Senegal a Italia, pasando por Libia y el segundoMi voz. Desde las costas de África hasta las calles de Europa.

Un relato similar es el de Ebrima, que lleva un título elocuente:Tengo los pies descalzos, además de un prefacio del arzobispo de Módena Nonantola y obispo de Carpi, Erio Castellucci, así como un epílogo de Stefano Croci, director de Migrantes Carpi.

Al encuentro con el Papa, también asistieron Giulia Bassoli, voluntaria de Migrantes, y la hermana Adriana Dominici, consagrada deSpin Time Labsen Roma.

Francisco quiso escuchar las historias de los dos narradores y agradeció a todos los presentes "por lo que hacen y lo que viven" y los animó "a seguir adelante". Al lado del joven senegalés y del gambiano, estaba también Pato, que ya se había reunido con el Papa en noviembre de 2023: él es el marido de Fati y el padre de Marie, la madre y la niña que murieron de sed en el desierto el año pasado, inmortalizados como advertencia a las conciencias en su abrazo final y desgarrador, que dio la vuelta al mundo.

Historias de infierno, pero también de esperanza, que todos querían entregar en manos de Francisco. Lo vivido, incluida la acogida de estos jóvenes, comenta don Mattia, demuestra cuán cierta es "la experiencia que se tiene en el mar y en tierra; es decir, que cuando ayudamos o acogemos a los pobres, a los inmigrantes, ellos son los que nos ayudan, ellos nos salvan"; y también que, "en el amor, en la fraternidad que se vive con los pobres, con los migrantes, se experimenta realmente la salvación".+